La vista en Bélgica para determinar la extradición de Puigdemont y la decisión del tribunal europeo sobre la inmunidad de Junqueras preocupan al PSOE
FUENTE: ECONOMIA DIGITAL
Aunque tanto el PSOE como el propio Pedro Sánchez aseguran que sus negociaciones con ERC para lograr la investidura del presidente del Gobierno van «bien», hay temas que preocupan a los socialistas. Ninguno tanto como el calendario, ya que hay dos fechas de este mes de diciembre que podrían dar al traste los planes de Sánchez.
La primera fecha —que quizás quita el sueño a Sánchez— es la del 16 de diciembre, cuando está previsto que un juez belga de primera instancia decida sobre la extradición de Carles Puigdemont a España.
Si la justicia belga asume finalmente la orden de detención y entrega cursada por el Tribunal Supremo contra Puigdemont y el expresident aparece esposado en el aeropuerto de Barajas, Junts per Catalunya subirá el voltaje al máximo. Inevitablemente, el apoyo de ERC al PSOE se complicará en esas condiciones.
Pero la defensa de Puigdemont confía en que la justicia belga le permita, una vez más, zafarse de la justicia española. Y a sus argumentos conocidos sobre la inocencia del huido quieren añadir uno nuevo: su inmunidad como eurodiputado electo, la cual también puede resultar contraproducente para el PSOE.
El efecto Junqueras
Los letrados del líder huido quieren beneficiarse del recurso que Oriol Junqueras tiene pendiente en el Tribunal Justicia de la Unión Europea (TJUE), ya que están convencidos de que la sentencia final puede ir en la misma línea del dictamen preliminar que emitió el abogado de la UE Maciej Szpunar.
Szpunar consideró que la adquisión de la condición de eurodiputado —y la inmunidad que lleva aparejada— solo depende del voto de los electores y no de formalidades como el acatamiento de la Constitución. ¿Asumirá el TJUE esta tesis, reconociendo así la inmunidad de Junqueras como eurodiputado y, en consecuencia, la de Puigdemont?
Cabe recordar en este punto que ambos se presentaron a las elecciones europeas y ambos fueron escogidos. Pero por razones muy diferentes no han tomado posesión de su acta: uno por su encarcelamiento y otro por su negativa a presentarse en Madrid para recogerla.
En todo caso, las consecuencias de una sentencia favorable en el TJUE también son muy diferentes: Junqueras obtendría una victoria moral pero su situación como recluso no cambiaría, mientras que Puigdemont podría valerse de la flamante inmunidad para pasearse por España. Inevitablemente, esto también contaminaría las negociaciones de PSOE y ERC sobre la investidura.
Los tiempos de la investidura
La decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea se conocerá el 19 de diciembre, la otra fecha que quizás también quita el sueño a Sánchez. Hasta entonces, ERC intenta tensar la cuerda de la negociación con el PSOE sin querer romperla.
El resultado de todo ello es que los esfuerzos del PSOE por acelerar las conversaciones con Esquerra para evitar las consecuencias de ambas fechas no han surgido efecto hasta el momento, puesto que los republicanos son partidarios de contemporizar sin que los socialistas pierdan los nervios.
Asumen los estrategas de ERC que el PSOE ha estudiado «algún plan B» por si falla la negociación con los independentistas y no quieren desencadenar esta situación.
Pero tampoco quieren entregar la investidura antes de tiempo. Determinar el cuándo se cierra el pacto se ha convertido en uno de los principales quebraderos de cabeza de las partes y, por momentos, parece más importante que el qué se acuerda.
Una circunstancia llama la atención estos días: el silencio de Puigdemont, que apenas está interfiriendo en las negociaciones de PSOE y ERC mientras cruza los dedos por su inmunidad. Si hay acuerdo, si hay mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat, Puigdemont tendrá la tentación de querer asomar su inmune figura.