FUENTE: EFE
Diez minutos de inspiración, de despegue, de locura, de un Atlético Madrid hasta ese momento claramente superado, llevaron al equipo rojiblanco a la victoria ante el Barcelona (2-3) y a la final de la Supercopa.
No habrá clásico en la final. Sí derbi. Después de un choque con un tramo final loco que contempló el emerger de un equipo que hasta ese momento parecía desangelado, sin recursos. En manos de un rival superior liderado por una gran versión de Messi y que se estrelló con un inmenso Oblak.