Estados Unidos y China acaban de firmar un acuerdo comercial provisional para acabar con la guerra comercial que empezaron hace casi 2 años

FUENTE: ECONOMIA DIGITAL

El acuerdo comercial provisional de EEUU con China anunciado este miércoles ha elevado las expectativas de una vuelta a la normalidad para las empresas tecnológicas que llevan 18 meses en medio de una guerra comercial. Pero, aunque el pacto parece suavizar tensiones en industrias como la agrícola y la financiera, realmente hace poco por resolver las relacionadas con las tecnológicas que son las que han enfrentado a los 2 países entre sí, según han explicado varios expertos a Business Insider.

Las compañías tecnológicas estadounidenses se han quejado durante mucho tiempo por la falta de protección a los derechos de propiedad intelectual en China. Pero a medida que tecnologías como la inteligencia artificial y las comunicaciones inalámbricas se han hecho cada vez más vitales para todo —desde la seguridad nacional hasta el crecimiento económico— la rivalidad entre EEUU y China ha estallado en una guerra fría tecnológica en toda regla.

Graham Webster, quien dirige una iniciativa conjunta centrada en la política digital de China en la Universidad de Stanford y el centro New America, insiste en que el acuerdo ha traído buenas noticias en relación con la protección de la propiedad intelectual. El pacto obliga a China a tomar medidas drásticas contra el robo de tecnología y secretos corporativos estadounidenses por parte de las empresas y organizaciones estatales chinas.

Pero esta fue una pequeña concesión para China, y en su propio interés, según Webster. «El gobierno chino ya estaba en proceso de convertirse en un país basado estrictamente en reglas, y la aplicación de los derechos de propiedad intelectual se ha convertido en un asunto de interés propio para la economía china a medida que sus empresas se han ido desarrollando cada vez más», dice. 

Todas las piezas que faltan

Lo más importante es que el acuerdo no tocó los grandes temas que alimentan la guerra fría tecnológica. «La fase 1 simplemente no abordó la mayoría de los temas tecnológicos sobre el futuro de la seguridad de la cadena de suministro y el uso ético de la seguridad avanzada», dice Webster. 

Adam Segal, experto en seguridad cibernética en el Consejo de Relaciones Exteriores de EEUU, dice que se han producido pocos cambios en las tensiones que han generado la guerra fría tecnológica.

«El acuerdo comercial no tiene mucho impacto en las tensiones sobre inteligencia artificial o Huawei y la carrera hacia la red 5G», dice Segal. «Todavía hay parte de la Casa Blanca que quiere frenar el desarrollo tecnológico de China y debilitar a Huawei, y seguiremos viendo a EEUU presionando por controles más estrictos en el comercio de tecnología con Huawei y China en general». 

Webster también está de acuerdo y cree que la necesidad del gobierno chino de desarrollar tecnología independiente solo puede ir a más. «Nada de esto va a desaparecer», insiste. Estas son las batallas pendientes entre EEUU y China en la guerra tecnológica: 

Huawei y la batalla por el 5G

En mayo de 2019, Estados Unidos añadió a Huawei a la lista negra de entidades chinas en un esfuerzo por evitar que las empresas estadounidenses le vendan componentes tecnológicos. Huawei es el segundo mayor fabricante de smartphones del mundo y es líder en equipos de redes móviles, por lo que las consecuencias de añadirla a la lista negra fueron enormes.

Huawei ha sido acusado de robo, fraude electrónico y de amenazar la seguridad nacional de EEUU por sus estrechos vínculos con el gobierno chino. 

Y, a medida que compañías estadounidenses como Google cortaban lazos con el segundo fabricante de móviles más grande del mundo —bloqueando el acceso a Android en sus dispositivos, por ejemplo— algunos se preguntaban si EEUU le había dado un duro golpe a Huawei. 

Últimamente, EEUU ha intentado presionar a algunos de sus aliados —como Reino Unido— para que sigan la misma línea y marginen a Huawei en sus proyectos de infraestructura 5G. 

La carrera por dominar la inteligencia artificial

Estados Unidos siguió atacando a las empresas tecnológicas chinas durante 2019, añadiendo 28 empresas chinas más a su «lista de entidades» en octubre. Entre estas 8 grandes empresas tecnológicas, incluyendo 3 startups de IA valoradas en más de 1.000 millones de dólares —es decir, más de 875 millones de euros— (una de las empresas, SenseTime fue en su momento la startup de IA más valiosa del mundo con más de 4.500 millones de dólares —más de 4.000 millones de euros—, según TechCrunch). 

El Departamento de Comercio de EEUU ha dicho que las empresas nombradas estaban implicadas en violaciones de derechos humanos, ya que sus operaciones de vigilancia habían ayudado a la opresión de los musulmanes uigures y otras minorías en China. 

Pero la prohibición también estaba vinculada a una carrera por dominar el campo de la inteligencia artificial. China representaba 17 de las 20 instituciones académicas más importantes involucradas en la patentabilidad de la IA, según Reuters. Al mes siguiente, el presidente estadounidense, Donald Trump, había emitido una orden ejecutiva para pedirle a EEUU que priorizara los avances en inteligencia artificial, según Axios. 

China se ha negado a prometer que no pirateará a las empresas estadounidenses

Los funcionarios chinos se negaron a prometer que se abstendrían de piratear a empresas estadounidenses y de robar la propiedad intelectual, argumentando que no se trataba de una cuestión comercial, según The New York Times

El tema de la piratería y el ciberespionaje corporativo ha sido un punto de fricción de larga trayectoria entre los 2 países. En 2018, la administración de Trump acusó al gobierno chino de romper una promesa hecha a la administración de Obama de dejar de piratear las empresas estadounidenses.

Y el impulso de China de ser menos dependiente de la tecnología de EEUU, interrumpiendo principalmente las cadenas de suministro, que parece ya más probable que nunca. 

El gobierno central de China le ha dicho a sus departamentos e instituciones públicas que reemplazarán los ordenadores y softwares existentes con versiones extranjeras, según Financial Times. Webster dice que esto es un resultado natural del intento de China por ser más independiente. 

«Esta es la estrategia nacional lógica para evitar una mayor dependencia de países a veces poco amistosos», explica Webster. «Lo que ha pasado con la guerra comercial, especialmente con los aranceles que amenazaban con alterar el comercio, solo ha fortalecido el instinto del gobierno chino para ser más independiente». 

Un director de la Federación de Ordenadores de China hizo un razonamiento similar cuando le dijo al Financial Times: «Hace 3 años, puede que haya habido más gente pensando que podríamos confiar en algunas tecnologías de EEUU… Ahora, si alguien sigue diciendo eso, supongo que han estado durmiendo durante los últimos 3 años».