Los neumólogos alertan de que la practica estas actividades expone a agentes carcinógenos y exige tomar precauciones
FUENTE: VANGUARDIA
Las personas que realizan actividades de bricolaje, pintura, modelismo, carpintería casera o restauración de muebles en su tiempo libre durante diez años tienen el doble de riesgo de desarrollar cáncer de pulmón que quienes no practican estas aficiones.
Y el riesgo se triplica si se trata de no fumadores. Y cuanto más aficionado se sea a estos hobbies y más se practiquen, peor: a partir de siete horas semanales, las probabilidades de sufrir cáncer de pulmón se cuadriplican.
La alerta la ha lanzado la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) a la vista de los resultados de un estudio multicéntrico en el que han participado neumólogos de 14 hospitales españoles y uno portugués, sobre una muestra de 3.000 personas, y que se acaba de publicar en la revista Environmental Research.
La razón estriba en que en estas actividades de bricolaje, restauración, marquetería, etcétera se usan disolventes, colas, barnices y pegamentos que contienen sustancias químicas carcinógenas análogas a las que se emplean en profesiones en las que ya se ha constatado mayor riesgo de cáncer de pulmón, como carpintería, ebanistería, pintura o industria de la goma.
“No se trata de ser alarmistas, pero sí hemos de informar a la población que realiza estas actividades en su tiempo libre de que hay evidencias científicas sobre el mayor riesgo que tienen (de cáncer de pulmón) para que tengan la oportunidades de tomar precauciones y reducir las probabilidades de desarrollar enfermedades”, afirma Alberto Ruano, investigador principal del estudio, socio de Separ y coordinador del grupo de referencia en Epidemiología y Salud Pública de la Xunta de Galicia.
“No se trata de ser alarmistas,si no de conocer que hay evidencias científicas sobre este riesgo y tomar precauciones” ALBERTO RUANO, Investigador, grupo Epidemiología y Salud Pública Xunta de Galicia
Ruano explica que la intensidad de la exposición a estas sustancias carcinógenas de quienes practican estas actividades en su tiempo libre no tiene nada que ver con la de quienes se exponen a ellas a diario y durante toda una jornada laboral, como ebanistas, carpinteros y otros profesionales. No obstante, advierte que quienes lo hacen por gusto, por afición, lo suelen hacer durante muchos años y sin percepción de riesgo, por lo que a menudo toman menos precauciones que quienes se dedican a ello a nivel profesional.
“Como hacen algo que les gusta, a los aficionados no les molesta tanto el olor a cola, a barniz o disolvente, dejan los botes abiertos, los mantienen cerca, y los usan en habitaciones y espacios reducidos, que no tienen ni la altura ni los mecanismos de ventilación forzada que hay en las industrias que se dedican a estas actividades”, comenta el experto en epidemiología del cáncer.
Disolventes, colas, barnices y pegamentos contienen sustancias carcinógenas
Y enfatiza que por eso es “crucial” explicar el riesgo de cáncer de plumón que entrañan estas aficiones, tanto en fumadores como en no fumadores. Porque el cáncer de pulmón es un problema de salud pública de primera magnitud en todo el mundo. Es la principal causa de incidencia y mortalidad por cáncer, con 2,1 millones de nuevos casos diagnosticados y una estimación de 1,8 millones de muertes en 2018, que suponen el 18,4% de las muertes por cáncer. De hecho, entre los hombres es de pulmón es la primera causa de mortalidad por cáncer. Y, entre las mujeres, la segunda, aunque según Ruano esto cambiará en breve.
“Entre 2003 y 2018 la mortalidad por cáncer de pulmón ha crecido un 127%, y va a seguir aumentando, y en unos años morirán más mujeres por cáncer de pulmón que por cáncer de mama, porque es muy letal; de ahí que sea tan importante no comenzar a fumar o dejar de hacerlo si ya eres una persona fumadora”, enfatiza el investigador.
Porque el tabaco aún es el principal factor de riesgo de cáncer pulmonar, aunque también lo desarrollan personas que nunca han fumado. De hecho, el cáncer de pulmón de los no fumadores ya supone entre un 15% y un 25% de todos los casos de este cáncer.
El radón residencial –un gas radiactivo al que podemos estar expuestos en espacios interiores sin saberlo– es la segunda causa, y la primera en no fumadores. Y a continuación se situarían los factores de riesgo vinculados a la exposición a aire contaminado y determinados agentes carcinógenos, como los productos químicos que se utilizan en determinadas ocupaciones e industrias, como la construcción, los astilleros, la industria de la goma y la madera, los pintores, los ebanistas y carpinteros…
Y muchas de esas sustancias consideradas carcinógenas son las que también se usan durante las actividades de bricolaje, modelismo, pintura y restauración de muebles, motivo por el que los investigadores decidieron realizar el estudio que ahora ha asociado la práctica de estas aficiones con un mayor riesgo de cáncer de pulmón.
Las recomendaciones
Entonces, ¿hay que olvidarse de estos hobbies? “Yo no me atrevería a decir que hay que dejar de hacer estas actividades, pero sí que deben practicarse tomando más precauciones, en lugares con buena ventilación y con protección”, responde Ruano.
En este sentido, aconseja, además de trabajar siempre en un lugar ventilado, exponerse lo justo; es decir, alejarse de las fuentes de exposición, no dejar abiertos recipientes, y botes y depositarlos lejos de donde se está respirando y, para actividades que supongan la exposición a partículas –ya sea cortar madera, decapar muebles, esmaltado, soldadura…– utilizar mascarillas. También es importante elegir productos que resulten más inocuos, como los disolventes de base acuosa.