Dos estudios científicos concluyen que el «microbioma» resulta mucho más fiable a la hora de predecir enfermedades, e incluso el riesgo de morir en los siguientes 15 años

FUENTE: ABC

Los microbios que viven y prosperan en nuestro intestino se han relacionado hasta ahora con un gran número de enfermedades, desde la artritis al autismo. Pero un equipo de investigadores acaba de descubrir que nuestro «microbioma», el genoma combinado de los microbios que viven en nuestros cuerpos es capaz, también, de predecir nuestra salud futura, e incluso de decirnos las probabilidades que tenemos de morir en los próximos 15 años.

El excepcional descubrimiento se acaba de publicar en dos estudios diferentes en bioRxiv y medRxiv.

En el primer estudio los investigadores compararon las capacidades predictivas del microbioma humano con las variantes genómicas humanas en 13 enfermedades comunes. «Y llegamos a la conclusión -escriben- de que los indicadores microbiómicos superan a la genética humana en la predicción del fenotipo del huésped».

«Nuestros resultados -prosiguen los científicos-, aunque preliminares y centrados en un subconjunto de la totalidad de las enfermedades, demuestran la capacidad predictiva del microbioma, lo que indica que puede superar a la genética humana en la discriminación de casos y controles de enfermedades humanas».

Para llegar a esas conclusiones, los científicos revisaron 47 trabajos anteriores que analizaban las relaciones entre los genomas colectivos de los microbios intestinales y 13 enfermedades comunes como esquizofrenia, hipertensión y asma, consideradas muy complejas ya que son causadas tanto por factores ambientales como genéticos. Después compararon estos estudios con otros 24 sobre la relación del genoma humano en general con esas mismas enfermedades.

Los resultados fueron asombrosos. En términos generales, la firma genética de los microbios intestinales fue un 20% más efectiva a la hora de discriminar entre una persona sana y una enferma que los propios genes de esas personas. El microbioma, además, fue un 50% mejor que el genoma humano en la predicción de casos de cáncer colorrectal. El perfil genético humano solo consiguió superar al microbioma en las predicciones sobre una sola enfermedad, la diabetes tipo 1.

Aunque el propio autor principal del estudio, Braden Tierney, biólogo computacional de la Facultad de Medicina de Harvard, admite que sus resultados son preliminares, considera que «podemos utilizar tanto el microbioma como la genética humana para mejorar la calidad de vida de los pacientes». Según el investigador, el objetivo es identificar marcadores clave en ambos conjuntos de genomas para que, juntos, ayuden a diagnosticar mejor esas enfermedades complejas.

El problema, sin embargo, es que actualmente conocemos mucho mejor el funcionamiento de nuestro genoma que el del microbioma que nos acompaña, de forma que compararlos en igualdad de condiciones podría inducir a errores. Por otra parte, el microbioma tiene la ventaja de que se ve afectado directamente por el entorno de una persona, como por ejemplo lo que come o cuánto ejercicio hace, por lo que podría predecir mucho mejor enfermedades como la diabetes tipo 2, que depende mucho de los factores ambientales.

Prediciendo nuestra muerte

En el segundo estudio, los investigadores observaron el vínculo entre el microbioma de una persona y su esperanza de vida. El análisis aprovechó un estudio finlandés que ha estado recopilando datos de salud de miles de participantes desde 1972. En 2002, los participantes donaron muestras de heces que fueron secuenciadas 15 años después. Y los datos revelan que las personas con una abundancia de bacterias Enterobacteriaceae, una familia de bacterias potencialmente infecciosas que incluye Escherichia coli y Salmonella, tienen un 15% más de probabilidades de morir en los próximos 15 años.

Ambos estudios, sin embargo, no consiguen aún aclarar por qué el microbioma está tan relacionado con la muerte y la enfermedad. Es posible, incluso, que los propios microbios estén causando enfermedades o acortando la vida de alguna manera que aún nos es desconocida. Aunque los investigadores creen que lo más probable es que solo reflejen lo que sea que esté sucediendo en el cuerpo.