Los riders de la app de comida a domicilio comenzará a repartir los platos preparados del grupo de distribución que preside Marta Álvarez
FUENTE: ECONOMIA DIGITAL
El Corte Inglés comenzará a repartir su comida preparada a través de los riders de la aplicación Deliveroo. De esta forma, la cadena de grandes almacenes inicia su incursión en un negocio en el que ya operan compañías como Mercadona, con su servicio Listo para comer.
La alianza, no obstante, no está aún cerrada según informan fuentes del sector a Expansión. Sí se ha llegado a un acuerdo para comenzar una prueba piloto del servicio, que comenzará este lunes según la misma información.
Para ello, ambas compañías han escogido el almacén que tiene El Corte Inglés en Sanchinarro, Madrid, uno de los centros de mayor volumen del grupo. Esta primera experiencia servirá para corregir los fallos que puedan sucederse mientras se presta el servicio, para posteriormente extenderlo a todas las zonas en las que ya opera Deliveroo.
La plataforma ofrece reparto de comida a domicilio en 70 ciudades y municipios españoles, que podría aumentar a 90 a lo largo de este año. Cuenta además con una cartera de más de 7.500 restaurantes en todo el país, la mayor parte, en los grandes núcleos urbanos.
El Corte Inglés: nuevos negocios para abandonar Viajes
El nuevo segmento de negocio del reparto a domicilio podría responder a un cambio de rumbo en El Corte Inglés. Si bien la oferta de comida preparada es una de las más amplias de los supermercados españoles, ofreciéndola también en las tiendas de Hipercor o Supercor del grupo, el consejero delegado, Víctor del Pozo, quiere potenciar también otros planes.
La salida del expresidente Jesús Nuño de la Rosa podría propiciar que El Corte Inglés abandone una de sus divisiones más reconocibles: Viajes. Según fuentes de la compañía consultadas por Economía Digital, el exconsejero saliente era el principal impulsor de este negocio, uno de los señalados por el grupo y cuya venta podría acelerarse con la salida de Nuño de la Rosa.
Otra de las posibilidades que defendía el que fuera presidente era la fusión de la filial con otra agencia de viajes, con Globalia y Barceló como posibles candidatos a través de sus propias filiales.
El objetivo, no obstante, sigue siendo el mismo: reducir la deuda del grupo, que todavía supera los 3.000 millones de euros al cierre del primer semestre del presente ejercicio, a pesar de una reducción de 253 millones de euros en el periodo anterior.