El brasileño y Mariano, en sus primeros minutos en Liga, tumbaron al Barcelona 2-0.
FUENTE: 20 MINUTOS
El Real Madrid ha acabado con su sequía ante el Barcelona gracias a los goles de Vinícius, que tuvo fortuna porque tocó en Piqué, y de un héroe inesperado: Mariano, que apenas había jugado algunos minutos esta temporada.
Media Liga había en juego en el Santiago Bernabéu y el Real Madrid dio un auténtico golpe encima de la mesa. Se llevó los tres puntos y lo hizo con justicia, siendo mucho mejor que el Barça, especialmente en una segunda parte de claro color local. El liderato cambia de lado y es ahora blanco.
Salió el Madrid con ganas de mandar, de llevar la iniciativa, de dominar, y suyo fue el control en el inicio del choque. Con Vinícius de nuevo como actor principal arrancando desde la izquierda, los blancos llegaron con frecuencia al área azulgrana, pero ahí se les hizo de noche una y otra vez, con mención especial para el brasileño, que eligió siempre mal.
Es el equipo madridista un equipo asimétrico en el que todo pasa por la izquierda de su ataque, con el triángulo Marcelo-Isco-Vini, pero sin que ninguno de sus numerosos ataques saliera bien. En un contragolpe clarísimo conducido por el lateral, eligió mal el pase, no viendo a Isco, y de la ocasión clara de los blancos se pasó a la réplica culé, en la que Griezmann casi marca tras una buen pase de Jordi Alba.
Un flojo disparo de Messi fue el preludio de otra clara para el Barça, cuando Arthur le ganó la carrera a Kroos. El brasileño, sin embargo, no estuvo acertado en el mano a mano ante Courtois. La figura de belga se agigantó y también le ganó la partida a Messi en un duro chut del argentino solo ante el arquero.
El dominio seguía siendo blanco, pero en cada llegada elegía mal una y otra vez. Dos incursiones de Vinícius acabaron en nada por las malas elecciones, o malos pases, del brasileño en los metros finales.
Vinícius pone samba y gol
El Madrid salió desatado tras el descanso, yendo a buscar al Barça arriba, presionando su salida de balón, robando en campo rival y creando ocasiones clarísimas. A un impresionante chut de Isco que cogió una gran rosca respondió Ter Stegen con una parada aún más asombrosa. Y Piqué salvo bajo palos un cabezazo también del malagueño cuando Ter Stegen ya había sido superado.
El Barça estaba noqueado, desorientado, perdiendo balones impropios de su calidad. Un remate a bocajarro de Benzema casi se convierte en el primero del partido, pero el balón se marchó demasiado alto ante la desesperación del delantero galo y de la afición blanca, que no entendía cómo no se había conseguido todavía ningún gol.
Setién movió ficha y metió en el campo a Braithwaite por Arturo Vidal, pasando de jugar un 4-4-2 a un 4-3-3. La jugada casi le sale bien al minuto de entrar cuando el danés le ganó en velocidad a Marcelo y se plantó ante Courtois. El belga, de nuevo, se hizo enorme para salvar el tanto.
Con el partido volcado hacia el lado blanco, llegó el premio a la insistencia, a la fe, a no parar de intentarlo una y otra vez. Vinícius recibió un gran pase al espacio de Kroos, se metió en el área y aprovechó el pasillo que le hizo la zaga del Barça, que pensaba más en el centro que en el disparo. Y el brasileño chutó, el balón dio en Piqué y se convirtió en el primero del partido.
El choque se volvió loco, con el Barça buscando el empate y el Madrid encontrando muchos espacios a la contra. La mejor fue de Messi, que se plantó solo ante Courtois en carrera con Marcelo. El brasileño, contra pronóstico, sacó fuerzas de donde no tenía y le ganó la partida al argentino.
Pudo sentenciar Vinícius en dos ocasiones, pero sus grandes jugadas no tuvieron premio por muy poco. Y del Barça nada más se supo, ni llegadas ni siquiera épica, su paso por el Bernabéu fue muy triste y recibió la puntilla en el minuto 92: Mariano, que acababa de entrar, sentenció con un gol que ni él mismo parecía creerse.