El país asiático solo permitirá la entrada con visados concedidos a partir de la la fecha del cierre de fronteras, que será este sábado 28 de marzo

FUENTE: ECONOMIA DIGITAL

China cierra sus fronteras para cualquier ciudadano extranjero com el objetivo de evitar nuevos contagios de coronavirus. El país asiático aplicará la medida a partir del sábado 28 de marzo, puesto que los casos diagnosticados en el país proceden son importados, según anunciado el Ministerio de Asuntos Exteriores en un comunicado emitido a última hora de este jueves.

El texto explica que aquellas personas que quieran entrar a China para desarrollar sus «actividades necesarias económicas, comerciales, científicas o tecnológicas, o por razones humanitarias de emergencia, podrán solicitar visados en las embajadas y consulados chinos”. Los visados que se otorguen a partir de la fecha de las restricciones tendrán plena vigencia. 

«La suspensión es una medida temporal que China se ve obligada a tomar ante la situación de rebrote», ha explicado el Ejecutivo en el texto. China a conseguido controlar la epidemia del virus en la provincia de Hubei, principal foco de la infección en el país. 

La región ha tenido que cerrar por miedo de los casos «importados» y el temor a que los extranjeros pudieran propagar una segunda oleada de este virus. China ha infectado a cerca de 82.000 personas y ha registrado 3.200 confirmadas por la enfermedad. Hasta el momento, se han detectado más de 400 de estos casos, la gran mayoría de ellos ciudadanos chinos que volvían al país.

Medidas de restricción

Las medidas de restricción de pasajeros desde el extranjero ya se venían aplicando los últimos días. Pekín imponía una cuarentena obligatoria de viajeros durante 14 días, que se tenían que cumplir en centros autorizados por entidades locales. El Gobierno de China ya había restrigindo los vuelos al exterior, motivo por el que los estudiantes ricos de EEUU intentan volver al país en jet privado. 

El epicentro de la infección se ha movido de Asia a Occidente. Italia es el principal foco en Europa, seguida de España, en número de contagiados y muertos. Estados Unidos es otro de los grandes focos de infección de la enfermedad, puesto que se ha decretado un nuevo brote en la ciudad de Nueva York, aunque Trump pretende levantar restricciones para evitar que la economía se resienta.