Wuhan, epicentro del coronavirus, levanta parte de su cerco y ya recibe trenes

Pero su aeropuerto sigue cerrado y los once millones de habitantes de esta ciudad, que sufrió la mayoría de contagiados y fallecidos de la epidemia, no podrán salir hasta el 8 de abril

FUENTE: ABC

Dos meses después del estallido de la epidemia del coronavirus, China va volviendo a la normalidad y hasta la ciudad donde se originó, Wuhan, regresa a la vida.

Cerrada desde el 23 de enero, esta megalópolis de once millones de habitantes empieza a recuperar sus transportes públicos y van abriendo los restaurantes, las tiendas y los bancos. Hasta su estación de tren comenzó este sábado a recibir viajeros.

Según informa la agencia estatal de noticias Xinhua, fueron 12.000, la mayoría de los cuales volvían para reunirse con sus familias después de estas ocho semanas de cuarentena. Tanto en las estaciones de partida como al llegar, los pasajeros son controlados por operarios con trajes especiales que les toman la temperatura, informa France Presse. Para viajar, deben acreditar además que están sanos con un código QR a través de una aplicación en el móvil, que recoge su historial médico, sus movimientos y sus contactos.

Dicha aplicación también se usará para tomar el metro de Wuhan, que vuelve a funcionar entre fuertes medidas de seguridad. Además de dejar un asiento vacío entre medias de los pasajeros para evitar la cercanía, es obligatorio llevar mascarilla y 200 cámaras infrarrojas vigilarán la temperatura de los pasajeros que pasen por sus 182 paradas.

Aunque ya se permite entrar en Wuhan, sus habitantes no podrán salir hasta el 8 de abril, cuando por fin se reabra su aeropuerto. Con 50.000 de los 81.000 contagiados que dejó la epidemia y 2.500 de sus 3.300 fallecidos, Wuhan fue el lugar de China más castigado por el coronavirus y todavía tiene más 2.500 mil enfermos en sus hospitales, de los que casi un millar están graves. Regresando poco a poco a la normalidad, ya están abriendo los centros comerciales y se están levantando los controles en algunas calles y autopistas, informa la agencia Reuters.

Enfrentamientos por miedo

El martes se levantó el cerco sobre el resto de la provincia de Hubei, que tiene casi 60 millones de habitantes y ocupa algo menos de la mitad de España. Su cierre total a finales de enero impidió que la epidemia se propagase al resto de China, pero también estigmatizó a sus habitantes. Tal y como recogen algunos vídeos que circulan por las redes sociales, hay provincias limítrofes, como Jiangxi y Henan, que se niegan a abrir las carreteras con Hubei por miedo a recibir contagiados, lo que ha provocado enfrentamientos en algunos lugares.

Dichos disturbios son la más clara muestra de la desconfianza que hay en China sobre las cifras oficiales del régimen, que da por controlada la epidemia del coronavirus porque asegura que ya no hay contagios locales, solo importados de otros países. A tenor de las autoridades, desde el jueves no se ha diagnosticado ningún caso nuevo en Wuhan. Pero en los últimos días han aparecido informaciones de la radiotelevisión pública de Hong Kong (RTHK) y de la agencia japonesa Kyodo denunciando que las cifras están siendo manipuladas y ya no se hacen nuevas pruebas por órdenes políticas. Citando datos de los centros de cuarentena, la radio pública estadounidense (NPR) informa de que entre el 5 y 10 por ciento de los pacientes curados vuelve a dar positivo en los posteriores chequeos del coronavirus. Como un estudio en la provincia sureña de Cantón (Guangdong) encontró que dicha proporción ascendía al 14 por ciento, se trata de un problema añadido a las dificultades para atajar esta epidemia.

Otro son los enfermos sin síntomas, que abundan en Wuhan y el resto de la provincia de Hubei y muchos expertos temen que protagonicen una segunda oleada del coronavirus tras su apertura. Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades chinas no creen que los asintomáticos sean una fuente importante de contagio, otros estudios les atribuyen hasta un tercio de las infecciones y les achacan la rápida extensión del coronavirus.