FUENTE: AFP
Cuando Eliud Kipchoge entró en la historia completando un maratón en menos de dos horas, aunque su marca no fuera homologada, aceleró una persecución comercial de millones de dólares entre su marca de zapatillas deportivas, Nike, fabricante del polémico modelo Vaporfly, y sus competidoras.
Adidas, Asics, Brooks, Hoka, New Balance y Saucony han lanzado o lo harán próximamente sus propias versiones de zapatillas con tecnología de fibra de carbono.
Los críticos consideran que esta nueva ola de material deportivo supone dopaje tecnológico, mientras que los partidarios alaban la revolución en el calzado, tras décadas de estancamiento.
Nike cree que la gama Vaporfly, que comenzó en 2016, es «un ejemplo de cómo el diseño de un producto puede capturar la fascinación de una comunidad entera deportiva, inspirando nuevas marcas potenciales en el atletismo», con una mejora en el rendimiento estimada en el 4%.
Los corredores de élite que utilizan Vaporfly, con unas placas de carbono que permiten una sensación de propulsión en cada zancada, han barrido prácticamente todas las competiciones de larga distancia en los últimos tiempos, con 31 de las 36 plazas de podio en los seis grandes maratones del pasado año.
Kipchoge utilizó el prototipo AlphaFly con tres placas de fibra de carbono cuando logró su gesta de bajar de las dos horas en el maratón, el 12 de octubre en Viena, en un evento patrocinado.
La keniana Brigid Kosgei calzó las ZoomX Vaporfly Next%, con una placa de fibra de carbono, cuando batió el récord del mundo de maratón femenino, con 2h 14min y 04seg, en Chicago un día después (13 octubre).
Los críticos alzaron la voz, estimando que la ayuda de estas zapatillas era excesiva, y World Athletics, la federación internacional de atletismo, entró en la polémica y limitó el grosor de la suela a 40 milímetros (Vaporfly tiene 36mm), con un sola placa. Además estableció que las zapatillas con las que se competía tenían que estar disponibles en el mercado, por lo que cerraba las puertas a los prototipos.
– ‘No crean energía’ –
«Las zapatillas con placas de fibra de carbono son parte de la evolución a largo plazo y parte de la innovación que ha estado en el centro del desarrollo desde principios de los 70», señala a la AFP el periodista especializado Brian Metzler.
«Es justo utilizarlas por varias razones, pero la más importante es que no crean artificialmente energía, únicamente maximizan la fuerza y la energía», añade.
Argumenta que el tenis, el esquí, el ciclismo, el golf y el fútbol se han desarrollado gracias a los avances en los equipamientos.
«La clave está en que todos los competidores deben tener acceso a similar o igual tecnología, para asegurar la igualdad», subraya.
Geoff Burns, investigador de biomecánica y rendimiento deportivo en la Universidad de Michigan, cree que la llegada de las Vaporfly es un punto de inflexión.
«Anteriormente, la ecuación óptima para las zapatillas de correr era proporcionar un poco de amortiguación con el menor peso posible», señala.
«La nueva espuma permite a ingenieros repensar la arquitectura del pie y demostraron la sustancial ganancia que había en la mesa con modificaciones de la equipación», explica.
– ‘Absolutamente injusta’ –
Amby Burfoot, ganador en 1968 del maratón de Boston y antiguo editor jefe de Runner’s World magazine, cree que la llegada de las zapatillas Nike en 2016 fue «absolutamente injusta».
«El equivalente a dejar a un grupo de saltadores de pértiga usar fibra de vidrio mientras que otro usaba bambú u otro material rígido», compara.
Burns, que además de investigador compite internacionalmente en ultramaratones, cree que la cuestión está en «cuánto queremos dejar que el rendimiento dependa de la ingeniería».
Nike parece estar por delante con respecto a otros productores en desarrollo e investigación, mientras sus rivales trabajan para mantener su lugar en un ultracompetitivo mercado.
«Para ser justos, Nike siempre ha sido líder en innovación en zapatillas y ropa deportiva. Forma parte de su identidad corporativa», señala Metzler.
El experto en zapatillas deportivas Burns cree que «solo uno o dos de sus competidores podrían acercarse a Nike».
«Parece que las otras compañías han fabricado zapatillas un paso por delante de sus anteriores, pero me sorprendería si se acercan al beneficio de las Vaporfly originales, del 4% hace tres años», añade.
Adidas, Asics, Brooks o Saucony pondrán a la venta para todos los públicos sus nuevas zapatillas especiales para largas distancias, por lo que podrán ser utilizadas en los próximos Juegos de Tokio, aplazados a 2021 por la pandemia de coronavirus.