La Fundación Ramón Areces se pone en alerta ante las limitaciones de la banca y el aval del ICO, que sega la posibilidad de remunerar a los accionistas

FUENTE: ECONOMIA DIGITAL

El aval del Estado al crédito anticoronavirus de El Corte Inglés deja en el alambre su dividendo. Los grandes almacenes ya habían sido advertidos por la banca de que se había acabado la barra libre, pero haber recurrido al Instituto de Crédito Oficial (ICO) hace prácticamente imposible que la compañía pueda seguir con la actual política de remuneración a los propietarios. De ahí que su principal accionista, la Fundación Ramón Areces (37,3%) ya haya puesto bajo análisis la situación.

La normativa de las líneas de avales del ICO especifica que la financiación avalada deberá ser utilizada «exclusivamente para atender las necesidades de liquidez de la empresa, sin emplear los fondos para otros fines como el pago de dividendos», según reza la resolución publicada en el BOE el pasado 6 de mayo. El texto, tal y como está formulado, deja algún resquicio al que se agarran en la compañía para defender su derecho al dividendo.

A pesar del intento del Consejo de Ministros por limitar la remuneración al accionista, El Corte Inglés podría aducir que el dividendo actual corresponde al ejercicio anterior, cerrado en febrero, en el que ganó 310 millones de euros. Por lo tanto, la organización defiende que en el resultado del pasado año fiscal no tuvieron impacto los 959,9 millones que avalará el ICO, por lo que el beneficio es de libre disposición.

Lo que es seguro es que para la campaña 2020/2021 ni habrá dividendo ni se le espera, visto el golpe de la pandemia en las cuentas de los grandes almacenes: el adiós a un tercio de las ventas, según Moody’s, y números rojos asegurados.

Así, en el último patronato de la Fundación Ramón Areces, celebrado a mediados de junio, el cobro fue uno de los principales puntos del orden del día. Entre sus miembros existen distintas opiniones: desde los que opinan que se va a poder percibir sin problemas hasta los que plantean serias dudas.

Pese a la tensión que supone cerrar el grifo a una de las mayores fundaciones de España, en el patronato existe la certeza de que la entidad está saneada. Según las últimas cuentas disponibles (2017), la entidad dispone de unos fondos propios de 417 millones de euros, con unas reservas «de libre disposición» de 121 millones. Por contra, el gasto fue solo de 21,1 millones.

El debate ya venía de lejos. Concretamente de cuando El Corte Inglés ya se acogió a los expedientes de regulación de empleo temporales (ERTE) por causa de fuerza mayor facilitados por el Gobierno durante las primeras semanas del estado de alarma.

Con ambas cargas a las cuentas públicas sobre la mesa, El Confidencial informó en su momento que el Gobierno estudia permitir que la fundación cobre su porcentaje y segar las aspiraciones del resto de accionistas, entre los que se encuentran el jeque catarí Al Thani (10%) y la sociedad que comparte la presidenta, Marta Álvarez, con el expresidente Dimas Gimeno (22,1%).

La banca también advierte a El Corte Inglés

Como ya avanzó Economía Digital, haber recurrido al erario público no es el único impedimento para que el gigante de la distribución pueda remunerar a sus dueños. Dos fuentes financieras explicaban en mayo que los bancos pusieron el foco en la remuneración a los accionistas, que ahora ronda a rondar el 30% de los beneficios anuales de la compañía, para otorgar el préstamo anticoronavirus a la empresa.

“El dividendo está limitado, pero no prohibido”, señalaban desde una de las entidades de confianza de la organización que lidera Marta Álvarez. Más después de ver como el porcentaje destinado a los dueños se ha incrementado de forma notable tras el fallecimiento del histórico presidente Isidoro Álvarez en 2014. Las mismas voces añadía que el pago a los accionistas “puede darse”, pero debe estar “justificado en las cuentas con un beneficio claro”.

Se acabaron los dividendos de más de 60 millones de euros que El Corte Inglés había repartido en los últimos dos ejercicios y parece evidente que no se recompensará a los accionistas con un dividendo de 75 millones como sucedió el año pasado. En los planes de la presidenta y su consejero delegado, Víctor del Pozo, estaba incrementar la partida de este tipo de pagos.

En el último lustro, la empresa triplicó los dividendos desde los 25 millones de la campaña 2014/2015 hasta los 75 millones de la 2018/2019. Sin embargo, las ganancias no avanzaron a la misma velocidad, ya que solo ascendieron desde los 115,3 millones hasta los 256,2 millones. En 2007 –antes del estallido de la crisis– la compañía distribuyó 78,2 millones, pero entonces el beneficio era de 747,6 millones de euros, por lo que los propietarios se quedaron con el 10% de las ganancias.

Los avales del ICO a El Corte Inglés

En abril, los grandes almacenes pidieron 1.341 millones de euros a la banca; un crédito que lograron y que ahora avalará en su gran mayoría el Instituto de Crédito Oficial (ICO) después de que la compañía haya refinanciado la deuda con la que afrontarán el agujero creado en sus cuentas por la pandemia.

Según informó este miércoles en un comunicado, la empresa obtendrá 959,9 millones de euros gracias a un acuerdo suscrito con Banco Santander, BBVA, Caixabank, Banc Sabadell, Bankia, Crédit Agricole, Ibercaja, Kutxabank, y Liberbank. El ingreso irá destinado a hacer frente a la anterior línea de crédito.

Con el pacto, la organización que preside Marta Álvarez logrará extender el vencimiento de uno a cinco años «y se asegura liquidez durante más de un ejercicio», asegura. Mientras, los cinco bancos que no participaron en el nuevo préstamo –Cecabank, BNP, Société Générale, Goldman Sachs y Commerzbank– mantendrán sus posiciones en la línea de crédito que caduca en marzo de 2021.

De este modo, el gigante español de la distribución exhibe una vez más sus buenas relaciones con el Gobierno y logra que el ICO avale su nueva financiación. Así, El Corte Inglés hará uso de aproximadamente el 1% de los 100.000 millones en avales que el Consejo de Ministros aprobó el pasado mes de marzo para hacer frente al impacto económico de la pandemia.