La sonda china «Tianwen-1» se insertó en órbita marciana el miércoles, un logro inédito para el programa espacial de ese país y primer paso de una misión que en unos meses intentará hacer descender un pequeño robot.

Sin embargo, China sigue así los pasos de los programas espaciales de Estados Unidos, la Unión Soviética, la India, la Agencia Espacial Europea y los Emiratos Árabes Unidos, cuya nave «Esperanza» ingresó en órbita marciana el martes.

Reseñó a través de un comunicado la agencia espacial china (CNSA), que «el frenado (de la sonda) tuvo éxito» y «su inserción en la órbita marciana también».

Es de recordar que «Tianwen-1» fue lanzada el 23 de julio desde la isla de Hainan, al sur de China. Ese mes también fueron lanzadas las misiones de Emiratos Árabes Unidos y de Estados Unidos aprovechando la conjunción de fines de 2020, es decir el momento en que, cada 26 meses, ambos planetas están más cerca uno de otro.

Desde su lanzamiento, la sonda china ha «recorrido una distancia de alrededor de 475 millones de km y se encuentra actualmente a unos 192 millones de km de la Tierra», señaló la CNSA.

La misión fue bautizada «Tianwen-1» («Preguntas al cielo-1») en homenaje a un antiguo poema chino que versa sobre astronomía.

La sonda tomó la semana pasada su primera foto de Marte: una imagen en blanco y negro que muestra parte del relieve, cañones, un cráter y una planicie.

«Tianwen-1» está integrada por tres elementos: un orbitador, un módulo de descenso (que se posaría en Marte) y un robot teleguiado. Con un peso mayor a 200 kg, este último deberá analizar el suelo y la atmósfera marcianas y tomar fotos. «El descenso en Marte está previsto entre mayo y junio de 2021», de acuerdo con la CNSA.

A diferencia de la puesta en órbita de este miércoles, las etapas siguientes de la misión «serán mucho más complejas», indicó Chen Lan, analista del sitio GoTaikonauts.com, especializado en el programa espacial chino.

«Los procedimientos y operaciones son más complicados, puesto que tanto la atmósfera como la superficie marcianas son muy poco conocidas, en particular para los chinos», explicó.

Es de recordar que China intentó enviar una sonda a Marte en 2011 en una misión conjunta con Rusia. Pero el proyecto fracasó y Pekín decidió continuar su aventura en solitario.

Muy ambiciosos, los chinos esperan lograr en este primer intento propio todo lo que Estados Unidos ha logrado en varias misiones a Marte desde la década de 1960, es decir, poner una sonda en órbita, posar un módulo de aterrizaje y después utilizar un robot a control remoto. Realizar estas tres operaciones en una misión inaugural a Marte sería una primicia mundial.

China invierte miles de millones de dólares en su programa espacial, para alcanzar a los europeos, rusos y estadounidenses.

El gigante asiático envió un primer astronauta al espacio en 2003. China dio un gran salto a comienzos de 2019 al hacer alunizar un ingenio en la cara oculta de la Luna. (S. R.).

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