Por Antonio-Pedro Tejera Reyes
Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo. UNTWO.
Diplome D´Honneur. Unión des Escrivans et Journalistes Hellenes du Tourisme. FIJET
Pluma de Oro de Rotary Internacional. Puerto de la Cruz Tenerife. Islas Canarias.
“Se concederá particular atención a la protección y a la rehabilitación de los monumentos, santuarios y museos, así como a los lugares de interés histórico y arqueológico, que deben estar ampliamente abiertos a la frecuentación turística” (Del Código Ético Mundial para el Turismo, de la OMT.)
Cuidando del futuro
Siguiendo los pasos del marco del Año Europeo del Patrimonio Cultural y del Año del Turismo Unión Europea-China, el 2º Congreso Internacional sobre Civilizaciones del Mundo y Rutas Históricas, celebrado en Sofía (Bulgaria), vemos con ilusión el que ahí se tratara cómo el turismo a lo largo de rutas históricas puede contribuir a salvaguardar y a promover el patrimonio cultural material e inmaterial, de los pueblos, partiendo de programas elaborados por expertos cargados de experiencias.
Estamos ante la presencia de una poderosa fuerza de la sociedad mundial que signada por el avance del conocimiento, provoca un movimiento generador de un turismo especial que tiene como motivación la avidez por acrecentar su conocimiento cultural.
Desde las ruinas de Atenas, hasta las profundidades históricas de los palacios vieneses, pasando de cerca por Chichén Itzá, o Machu Picchu, sin olvidarnos, claro está – dentro de nuestro limitado conocimiento – de la Cuadra de Bolívar en Caracas, o los imponentes museos de la ciudad de Quito, todo esto – Patrimonio de La Humanidad – está alcanzando una revalorización que pone de relieve ese avance de “la cultura de paz” que tanto hemos venido estudiando en los últimos años, y que fuera la luz que iluminó nuestra colaboración con la Universidad para la Paz, de las Naciones Unidas, haciendo realidad, el genial proyecto de una maestría sobre “Calidad Turística-Ambiental Sostenible y Promoción de la Paz”, impartida con exitoso carácter experimental en las Islas Canarias, desde finales del pasado siglo hasta la primera década de estos años 2.000.
Un Avance Espectacular
En este orden de actuación la información que nos llega dice que: “Organizado por la Organización Mundial del Turismo (OMT) y el Ministerio de Turismo de Bulgaria, el congreso reunió – en Sofía – a ministros de cuatro continentes, además de expertos de los sectores público y privado que representaban rutas icónicas del turismo cultural, tales como la Ruta 66 – que atraviesa los EE.UU.- el Camino de Santiago, la Ruta de los Fenicios o la Ruta de la Seda. Así, los participantes profundizaron sobre el papel de los órganos públicos regionales y nacionales, a la hora de realizar las rutas históricas, especialmente entre países.”
“Las rutas históricas pueden desempeñar un papel fundamental para desvelar la historia, cultura y activos naturales únicos de los territorios que se encuentran a su paso, con lo que constituyen una poderosa herramienta promocional y un instrumento sin igual para aumentar la competitividad turística de muchos destinos”,
Estamos ante un reto del fenómeno turístico que se ha convertido ya en actualidad, si bien es justo reconocer que desde tiempo inmemorial, Berneker, Hunziker, Haulot, etc., famosos y documentados estudiosos del tema, han venido alertando sobre el valor de la cultura como atractivo para el desarrollo del turismo, y sobre la necesidad del cuidado extremo de todos sus valores, recogido como vemos, en el propio Código Ético Mundial para el Turismo, de la OMT, que aprobamos en el año 1999, en las memorables jornadas de la Asamblea General celebrada en Santiago de Chile.
Este movimiento que ha pasado ahora a un primer término, nos trae cientos de recuerdos del destrozo que se ha hecho en muchos países, ciudades, pueblos y lugares, los que estaríamos comentando desde Panamá, hasta toda España, donde “el progreso” y la política, se han cargado – hablando literalmente – las más vívidas historias, sin tener en cuenta – por poner un simple ejemplo – el atractivo turístico que significaría visitar la bodega del Rey José I de España, el hermano de Napoleón famoso por su descarada afición, según la historia, a la viticultura española.
Congreso Internacional de Turismo Cultural
El turismo cultural avanza imparablemente. Podrá paralizarse accidentalmente, por cuestiones trágicas, como la que padecemos ahora, pero resurgirá con fuerzas porque la sociedad mundial es un ente vivo que necesita comunicarse y disfrutar de sus valores históricos.
Son cientos las organizaciones que se crean en el mundo para propiciar su presencia, y las predicciones de esos 260 millones de turistas que entrarán y saldrán de esa China de cultura milenaria, son algo más que una ilusión. Son la esperanza de un mundo en paz, que como decimos estudiamos con detenimiento y realidades “sobre la mesa” de los distintos países de América y del área hispana, viendo con claridad que ese avance indetenible, solo tiene que encontrar los dirigentes políticos y empresariales adecuados para canalizar una masa social que añora y busca el conocimiento de la cultura ancestral de sus ascendientes.
La muestra evidente está en el “Proyecto. CHRISTA (Cultura y Patrimonio para Acciones de Turismo Responsables, Innovadoras y Sostenibles) en el programa de cooperación interregional de Interreg Europa que tiene como objetivo proteger y preservar los bienes del patrimonio natural y cultural y desplegarlos para el desarrollo y la promoción de proyectos innovadores y sostenibles. Y estrategias de turismo responsable, incluyendo el patrimonio intangible e industrial, a través de la interpretación y digitalización, con capitalización de buenas práctica, aprendizaje e implementación de políticas y creación de capacidad”.
El proyecto CHRISTA comenzó en abril de 2016 e involucra a 10 socios de 10 autoridades regionales y locales de los Estados miembros de la Unión Europea.
Un epílogo para recordar
La Organización Mundial del Turismo, nos dice que “En los últimos años, el turismo cultural ha surgido como un importante vector de demanda, en consonancia con el creciente afán de los viajeros de sumergirse en «experiencias» turísticas, tales como rituales y tradiciones locales. De los congresos sobre esta actividad, emanan una serie de recomendaciones útiles, que pueden servir de orientación para todos aquellos interlocutores turísticos que estén interesados en aprovechar el potencial que ofrecen las rutas de patrimonio cultural para lograr destinos más atractivos y competitivos.”
Los ritos extendidos por todo Brasil, alcanzan cotas muy importantes como un atractivo turístico patrimonio cultural inmaterial, pudiendo adquirirse elementos representativos de los mismo, como pueden ser fetiches, amuletos, discos, etc.
La naturaleza, la historia, todo un conjunto de elementos culturales que están moviendo el fenómeno turístico hasta cifras incontenibles, todo un mundo que complementaríamos con las leyendas y rituales de los cuales tenemos las más íntimas experiencias, como aquella ocasión en Río de Janeiro en la que participamos en una sesión del culto afrobrasileño Umbanda, en unas salas cargadas de humo escuchando cánticos indefinidos, asombrados y temerosos del ambiente, junto a extraños personajes…Algo inenarrable que quedó marcado en nuestra memoria para siempre. No apto para turistas, pero una buena motivación, para que incluso comprásemos un disco con sus misteriosos ininteligibles mensajes…