El novedoso libro de Bill Gates, “Cómo evitar un desastre climático” lanza una alerta por el vertiginoso ritmo con el cual va el cambio climático, que es tan acelerado, que podría ser más peligroso que la pandemia por la COVID-19. Se trata de un libro que no solo busca concienciar, sino que propone un plan de acción para alcanzar el objetivo de cero emisiones (carbono).

El fundador de Microsoft y filántropo, dice en su libro que en el 2050 el cambio climático podría llegar a ser tan mortífero que la mortandad se podría multiplicar por cinco. Sabe que cambiar la manera de pensar ambiental es una misión titánica, pero no la cree imposible si los mercados, la tecnología y la política se alinean con el mismo fin.

Gates, muestra los posibles caminos para evitar caer en las peores consecuencias e ir en búsqueda de la neutralidad climática, advirtiendo que no será una tarea sencilla. Se sorprende que no sea un tema que está en las agendas gubernamentales de los países desarrollados, por lo que el desafío es mayor para la humanidad, tras dedicarle la última década de estudio al tema.

Es importante mencionar que durante los últimos años Gates ha invertido en empresas que usan energía limpia, todo con el fin de reafirmar su punto de que se puede generar rentabilidad sin tener que contaminar.

Por ello, hace un llamado con el fin de poder generar conciencia y que los gobiernos y demás instituciones generen un plan claro para evitar el desastre. Sus explicaciones son sencillas sin dejar de ser profundo en la complejidad del tema, presentando un paso a paso de lo que, según él, se debería ser en los próximos diez años sobre el tema.

Sin embargo, este plan no deja de ser polémico, pues dentro de su propuesta para lograr llegar a las emisiones cero, propone el uso de energía nuclear, así como el aprovechamiento de la energía solar y la eólica para satisfacer el consumo.

Recalca Gates, que los primeros que deberían llegar a metas de emisiones cero, serían los países más desarrollados, pero que los territorios en vía de desarrollo tendrán que seguir esos pasos de manera acelerada. Los avances en ciencia y tecnología deben estar enfocados en buscar estos objetivos.

Estas son algunas de sus respuestas y apreciaciones, dadas a El País de España, respecto a lo que está sucediendo y podría ocurrir en el planeta de no cuidarlo, aunque algunas cosas ya no se pueden reparar.

¿Podría ser que esta pandemia nos haya hecho entender mejor qué significa actuar de manera global, ante otros retos también mundiales como el cambio climático?

“La cooperación global (de todos los países) es necesaria. Este esfuerzo general por compartir información es de una importancia vital porque se trata de una lucha entre la humanidad y el virus, y ningún país puede aislarse. No todo ha funcionado bien, pero hemos aprendido muchas cosas que nos permitirán estar más preparados para la siguiente pandemia, que sí está bien gestionada no llegará al 10% de las muertes y el daño económico será menor del que estamos sufriendo ahora. Es una pena que no se hiciera caso de las alertas”

¿Cree que la energía nuclear tiene recorrido en nuestro futuro energético?

“(…) la gente debería tener una mente más abierta con vistas a la cuarta generación de reactores nucleares que aparecerán de aquí a cinco o seis años, ya sean los que estamos creando en TerraPower u otros. La energía que producirán es barata y segura. La gente debería tener una mente más abierta porque, además, es el tipo de energía más seguro: causa un número de muertes o de heridos mucho menor que los ocasionados por la minería y los gasoductos. Pero, entiendo que la energía nuclear actual, tal y como está planteada, no va a lograr la aceptación del público (…).

¿Hasta qué punto le preocupan las nuevas mutaciones de la Covid-19 y en qué medida pueden alterar su pronóstico?

A medida que surjan nuevas variantes es posible que tengamos que modificar las vacunas para lograr una mayor eficacia. Lo que hace la variante es reducir significativamente la efectividad de los anticuerpos monoclonales, en los que confiábamos para reducir la tasa de mortalidad en paralelo al avance de las campañas de vacunación. Desgraciadamente, esa herramienta terapéutica no será tan valiosa como se esperaba. Sin embargo, las vacunas de las que disponemos, como la de Pfizer y la de Moderna, son tan poderosas que sus efectos son muy eficaces. Todavía no estamos muy seguros de que sea necesario modificarlas, pero lo estamos investigando por si acaso. Nos llevaría unos tres meses realizar las pruebas de seguridad y fabricarlas.

Según Gates, en un año se habrá superado en gran medida los efectos más dramáticos de la pandemia, aunque es posible que el virus siga circulando por algún lugar del mundo, puntualizó a El País.

“La cuestión ahora es si seremos capaces de reducir la cifra (de contagios) a cero, o si se convertirá en una enfermedad endémica y tendremos que seguir vacunando a un nivel más o menos alto de manera continuada. No lo sabemos aún. Lo ideal sería lograr que el virus no se contagie entre humanos”, dijo.

Gates destacó que, siempre y cuando, el 70 por ciento de la población, esté vacunada los eventos públicos podrán regresar al día día y pronostica que en 2022, países como España o Estados Unidos la habrán recuperado casi totalmente. (S. R. ).

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