A raíz de la pandemia de la Covid-19, se retrasó el relevo de la llama olímpica de los Juegos de Tokio, que se realizó en Fukushima sin público, mientras que los organizadores tratan de disipar la preocupación de una población reticente.
Es de destacar, que la antorcha metálica de oro rosa, que tiene en el extremo superior forma de flor de cerezo, fue encendida en el simbólico complejo deportivo J-Pueblo, que sirvió de base a las operaciones de socorro tras la catástrofe nuclear del 11 de marzo de 2011, que siguió al terremoto y al tsunami.
Sin embargo, la presidenta de Tokio 2020, Seiko Hashimoto, aseguró en la ceremonia de lanzamiento que la llama olímpica será un «rayo de luz al final de la oscuridad».
«Esta pequeña llama nunca perdió la esperanza y ha esperado este día como una yema de cerezo a punto de florecer», dijo.
El relevo de la llama olímpica, al igual que los propios JO, será muy diferente al de ediciones anteriores, pues los espectadores tendrán que llevar a cabo una mascarilla y no podrán animar.
De hecho no han podido participar en la ceremonia de inicio, ni en el primer tramo de la llama.
El público podrá seguir su recorrido, que pasará por los 47 departamentos de Japón antes de llegar al Estadio Nacional de Tokio para la ceremonia de apertura de los Juegos el 23 de julio.
Los espectadores procedentes del extranjero no podrán asistir a los Juegos, y es probable que se impongan límites en los estadios para los aficionados que viven en Japón. (S. R. ).
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