Dr. Carlos G. Jaime M.

Después que el pasado 3 de abril se publicó un trabajo de Caly y colaboradores sobre un experimento in vitro relacionado con la IVERMECTINA, observando que inhibía la replicación en células infectadas con el virus del SARS-COV 2, es decir, experimento que se hace únicamente en reacciones de laboratorio sin hacerlo sobre seres vivos como animales de laboratorio y luego en humanos. El mundo de la investigación médica y el público en general se vieron arrastrados a una polémica con puntos de vista totalmente opuestos, ya que un grupo señalaba que este fármaco era inoperante, puesto que, su presunta acción in vitro no sería igual por causa de las elevadas dosis que se irían a requerir en humanos, y el otro que, por razones de urgencia ante la pandemia, se pedía a gritos que se usara ante la escases de medicamentos muy costosos y poco efectivos, siendo este medicamento muy barato.

Analicemos el problema, primero veamos que es la IVERMECTINA: Es un fármaco antiparasitario desarrollado allá por los 70 que mejoró la salud de animales domésticos y de consumo alimentario por su amplio espectro contra parásitos internos y externos. En ese entonces se estaba librando una batalla especialmente en África contra la ceguera de los ríos producida por el parásito Onchocerca Volvolus, y posteriormente también se observó su eficacia contra el Onchocerca cervicales, una parasitosis de los caballos, y estas experiencias condujeron a su aprobación hacia los 80. Posteriormente se utilizó para combatir la filariasis, gusano que se introduce en el sistema linfático produciendo la enfermedad llamada elefantiasis, llamada así por el crecimiento exagerado de las partes corporales afectadas, que toman tamaños monstruosos. Seguidamente se utilizó contra otro parásito intestinal el Strongyloides Stercoralis, que produce una enfermedad sistémica en el humano, también se utiliza contra el Sarcoptes Scabiey vulgarmente “Sarna”, tanto en animales como humanos.

Ahora bien; de inmediato nos asalta la pregunta: ¿Es segura la Ivermectina? Respondo: Cuando se usa en dosis adecuadas y para las parasitosis descritas, es segura, y la mayoría de las reacciones colaterales que se han descrito, porque están más bien relacionadas con la muerte de los parásitos y las reacciones que producen, que el fármaco en sí. Nos vuelve a rondar otra pregunta: ¿Sirve la Ivermectina contra los virus? in vitro observando células infectadas con virus de Dengue, Zika, Fiebre amarilla, Chicunguya, encefalitis equina venezolana, virus Sindbis, virus del Nilo occidental, y Virus del síndrome reproductivo y respiratorio porcino, actúa inhibiendo la replicación de estos virus, e igualmente se observó que también lo hace con el virus de la Covid-19 o SARS-2.

El problema que se presenta con la Covid-19 y produce incertidumbre para su aplicación en humanos, es el volumen de las dosis que habría que dar para que se redujera la replicación viral entre un 50 y 99 %, porque si extrapolamos la dosis que se dio in vitro, la que se necesitaría administrar a los humanos, debería ser sin mayores detalles 60 veces mayor que las dosis habituales, y esto produce EQUIPOISE, término bioético que equivale a incertidumbre para definir una situación sobre si un medicamento puede ser útil o no.

Otro problema adicional, es que hay una cantidad de investigadores de los que no conocemos mayores detalles que han propagado la eficacia de la Ivermectina, que igualmente ha sucedido con la Cloroquina, que es un medicamento utilizado ampliamente contra la malaria. Luego entonces en América Latina así que al igual que la primera, son baratas y muy conocidas, su utilización se ha hecho popular e incluso ha sido promovida por algunos gobernantes. Por todo ello la polémica se ha hecho mundial y la OMS, así como la FDA, esta última el organismo norteamericano que regula el uso de los medicamentos, han desaconsejado su uso por falta de estudios clínicos basados en “evidencia”, es decir; comprobación de su eficacia en múltiples estudios estadísticos llamados Meta-análisis, que se hacen con la técnica doble ciego en diversos puntos del globo terráqueo dando resultados similares en distintos ambientes e investigadores. Pero como ahora cuando las redes sociales, aunque no las revistas científicas, están pregonando que la OMS se echó para atrás y que ahora si la acepta, a pesar que esta especie ha sido desmentida repetidamente por esta organización.

Resumiendo, y es la opinión de muchos de mis colegas. Como el medicamento prácticamente no produce mayores reacciones colaterales a las dosis habituales, siendo barato, además. ¿Por qué no usarla? Ya que quien sabe si resulta efectiva. Otros se refieren a que a la medicación se le han demostrado efectos antiinflamatorios y precisamente uno de los mecanismos patogénicos del virus es despertar una tormenta de citoquinas, que son elementos que producen reacción inflamatoria exagerada y como al parecer el medicamento tiene capacidad de modular la respuesta inmune, podría participar estimulando dicha tormenta, lo que sería un efecto colateral peligroso e indeseable.

En conclusión: Todavía no tenemos respuestas asertivas sobre qué tipo de medicamentos con certificada eficacia son realmente activos contra este nuevo virus, circunstancia que ha puesto a estudiar a todo el estamento médico-biológico mundial, incentivados a su vez por la paranoia que se ha despertado en la comunidad y habida cuenta que también está fehacientemente demostrado el interés crematístico de la industria farmacéutica mundial, en realidad no sabemos qué, o quiénes están detrás de todo ello. Por lo pronto y aquí si me apoyo en la opinión de expertos, prácticamente la única opción que tenemos son las medidas de protección y la vacunación, que también, dicho sea de paso, está matizada por intereses políticos “non santos”.
Como decía mi viejo: “Piensa mal y acertarás”.