Por: María Bettina Angulo
Instagram: @mabettina82
Imagen: Secretaria Educación Bogotá

La formación educativa de los niños pasó de ser una rutina a un gran reto familiar, muchos padres no sabían cómo era el día a día escolar de sus hijos y hoy les ha tocado vivir el estrés de las clases, las exposiciones y las tareas porque ahora todo se hace en casa, esto para quienes tienen la posibilidad de pagar un colegio, porque para los que no, muchos ni siquiera han podido tener la primera clase virtual.

La pandemia hizo que las cosas empezarán hacerse desde las casas, especialmente las clases que se convirtieron en virtuales, pues para la salud mental de muchos niños y jóvenes era necesario iniciar de cualquier manera, y fue así como iniciaron su formación de forma digital, su salón de clase se convirtió en una sala de reuniones de zoom o meet.

Pero esta es la realidad de los colegios privados en nuestro país, suerte que no tienen los niños de las instituciones públicas de muchísimas ciudades en Colombia, pues para ellos sus directrices son por WhatsApp, ya que muchos no cuentan con la disponibilidad de un computador y menos de un plan de Internet o datos para el celular, por lo que no se programan clases virtuales.

Esto ha generado sin duda alguna un bajo rendimiento que será insuperable con una deserción escolar sin precedentes, niños que sí les gustaba el colegio, desafortunadamente hoy ya no sienten el mismo interés, y a los que no les gustaba mucho siguen haciendo el sacrificio por insistencia de sus padres, y eso si estos tienen el tiempo y el genio, porque en casos contrarios ya se han retirado.

Muy en el fondo siento que el sistema se ha preocupado por muchas cosas, pero no ha podido solucionar los problemas de conectividad para los estudiantes, para evitar el bajo rendimiento y la deserción, pues no puede ser posible que la mejor formación se la lleven quienes pueden pagar un colegio privado, la educación es un derecho para todos, y educar con igualdad sería lo ideal.

Las cosas con el Covid-19 vuelven a ponerse densas, las dosis de vacunas no están llegando como estaba planeado y la alternancia aumentó los contagios entre los docentes y sus familiares, lo ideal sería que sigan las clases virtuales por lo menos hasta que no se vacune a la mitad de la población, pero que en las instituciones públicas hagan verdaderas jornadas de apoyo para que el internet llegue hasta las casas de todos aquellos niños que están perdiendo el interés de lo más valioso que sus vidas tienen en ese momento.

El llamado es para todos los gobernantes, para los políticos, congresistas, ministerios, que de verdad ofrezcan la ayuda necesaria en cuanto a planes de internet para los niños y niñas que el día de mañana les estarán agradecidos, porque la única forma de seguir una formación educativa del mismo nivel de lo presencial es poder estar conectados con sus docentes y compañeros.