Mayan Temple pyramid of Kukulkan - Chichen Itza, Yucatan, Mexico

Antonio Pedro Tejera Reyes

Las “señas de identidad” de los pueblos son de excepcional valor en el desarrollo de la cultura turística – hoy maltratada por las medidas preventivas de la pandemia – elementos esenciales en la promoción turística, bien cuidadas e identificadas”

Un recorrido memorable

Los innumerables recursos turísticos de México le hacen ser un país estrella a la hora de escoger un destino ideal para unas vacaciones placenteras. La realidad supera en mucho lo que podemos ver y disfrutar en ese privilegiado país, con sus costas del Pacífico y del Caribe ofreciéndonos espectáculos escénicos marinos maravillosos, muchos de ellos objeto de nuestras visitas, siempre alrededor de acontecimientos turísticos de especial relevancia mundial, unos con la COTAL otros con la CONPEHT y hasta con la CLAPTUR, en esta última organización presente en su propio nacimiento firmante de especial consideración de su “Carta de Acapulco”, allá por los años setenta del siglo pasado.

Recuerdos imperecederos que van desde ese México de extraordinarias hermosas costas con sus espléndidas playas, hasta las riberas del Río Grande a su paso por Laredo de donde guardamos impresionante recuerdo, deteniéndonos, para con admiración y contenida emoción, admirar todo su tesoro de la imperecedera cuna de la cultura Maya. Chichen Itza, ha sido una de nuestras más subyugantes visitas.

Con este panorama presente en nuestra mente, desarrollamos nuestra intervención en el “II Encuentro Internacional de Turismo” de la Universidad La Salle Cancún, sede donde tratamos el tema, “Desarrollo Turístico Sustentable y Profesionalidad”, para pasar posteriormente, a exponerlo en la Universidad Veracruzana y la Universidad Cristóbal Colón, en la ciudad de Veracruz como final de nuestro aventurero viaje que aquí comentamos.

Tal como hemos previsto en nuestros anteriores reportajes, nos vamos a referir al final de este periplo, contando algunas de sus muchas agradables incidencias llenas de emocionantes situaciones vividas con la mayor intensidad.

Un recorrido ilusionante: de Cancún a Veracruz

Como hemos señalado en nuestros anteriores reportajes, de Cancún a Veracruz, hay unos cuantos cientos de kilómetros. Recorrerlos en unos magníficos autobuses europeos de la marca Volvo, puede ser una maravillosa experiencia si usted se lo toma como tal. Más todavía con la amabilidad y la profesionalidad de que hace gala, los funcionarios de la empresa ADO, con la cual tuvimos ocasión de viajar, de día y de noche.

Como un preámbulo de este largo viaje, visitamos – como hemos reportado – esa nueva “maravilla del mundo” americano que es Chichén-Itza. Estas imponentes ruinas de la cultura maya, cargadas de historia, son ya hoy uno de los lugares más visitados de México, según pudimos comprobar. Lástima de la invasión de vendedores ambulantes que pululan por todos sus rincones, a veces estorbado hasta para hacer una fotografía – eso sí, con una amabilidad increíble – pese a sus extraordinarias y escénicas dimensiones. Si algo habría que agradecerles es que las artesanías y los productos que venden son todos mexicanos…

Ya en este camino llegamos a la ciudad de Mérida – seguramente la mayor de las conocidas en el mundo hispánico con este nombre – es algo que verdaderamente vale la pena visitar. Sus imponentes mansiones coloniales, y su legendaria historia no es posible traerlas en una visión urgida por el espacio, si bien vamos a publicar algunas fotografías ilustrativas como ejemplo de ello. Capital del Estado de Yucatán, la ciudad fue fundada hace más de 450 años, y en ella se combinan rasgos prehispánicos con las señas coloniales, todos ellos en una inmensa llanura, con unas bien trazadas calles y avenidas.

Vivimos unas horas en Mérida signadas por la placidez de una población donde se respira la paz y el orden, con un policía – hombre o mujer – casi en cada esquina, que a nosotros nos sirvió para orientarnos en nuestros recorridos, y que, como vimos, su preocupación principal era dirigir el fluido tráfico automotor.

En la mañana del domingo, la plaza principal de la ciudad ofrece ese mercado de productos típicos de la región, que ya hemos visto en pueblos y ciudades de media América – Brasil, Ecuador, Argentina – y que nos inspiró el proyecto que presentamos, hace unos años, al ayuntamiento de Puerto de la Cruz, en Tenerife, y que debe estar durmiendo el sueño de los justos, o botado a la basura, como es costumbre habitual – salvando honrosas ocasiones – en la política canaria.

El ambiente turístico está conseguido, en esta preciosa ciudad donde está presente el churrero, el vendedor de frutas, el clásico limpiabotas desaparecido en otros mundos… los trajes y sombreros típicos…

Mérida en la noche y el templo de la Candelaria

En la noche Mérida es otra cosa. El recuerdo más placentero que nos viene a la memoria es el del Bulevar de Sabana Grande, en Caracas… de hace ya algunos años. En ese día de fiesta que vistamos la ciudad, a las dos de la madrugada, orquestas melódicas frente mismo al Palacio municipal, amenizaba un baile popular, en plena avenida cerrada al tráfico. A ambos lados de esta plaza, las terrazas del Gran Hotel o del Café Peón Contreras, son puntos nostálgicos que nos traen recuerdos de otras épocas en ciudades donde esas realidades han desaparecido. Músicos tradicionales, hasta haciendo uso de un “requinto”, flautas, guitarrones, y marimbas… ponen una nota de identidad mexicana que puedes aderezarla con un “tequila margarita” y una buena ración de “arrachera” con sus frijoles refritos…

Sorprendidos por la novedad, encontramos en las guías turísticas de Mérida, el Templo de la Candelaria, el cual fuimos a conocer – nos quedaba a solo dos cuadras de nuestro Hotel Colón – y donde pudimos observar determinados aspectos relacionados con la cultura canaria.

A la Península de Yucatán llegaron cientos de canarios en los siglos XVII y XVIII pero ese es un tema que trataremos otro día.

Campeche, la segunda parada

Sobre Campeche y los canarios, si sabíamos algo gracias al libro que nos obsequiara el investigador canario, Julio Sánchez Rodríguez, “Canarios en Campeche”, pero como decimos ese tema lo vamos a tratar en otro momento ya que la situación lo merece.

Los habitantes del Estado de Campeche son “campechanos”. Así como suena. No es extrañar para nosotros entonces que el término “campechano” – empleado significativamente, acá en Canarias, para aludir a una persona amable, poco presumida y de buen talante – se le aplique hasta al Rey de España, como vimos en la prensa en el propio México. “El Rey de España es muy campechano”, decía una información aparecida en la red, hace solo unos días.
Es que Campeche, la ciudad de Campeche, es mucho Campeche. La ciudad fue el puerto más importante en esa área del Caribe, durante varios siglos y por esa misma razón era la preferida para sus saqueos por piratas holandeses, ingleses y franceses, según cuentan las guías turísticas de Campeche. Sus cuidadas y limpias murallas históricas, son un poderoso atractivo turístico. Sus espléndidas plazas, calles adoquinadas, lujosas o humildes mansiones, la mística que se respira en toda su población, nos impresionó gratamente, al igual que sus hermosas y modernas avenidas – con los rojos colores de su Banco de Santander – o el recibimiento de la Lcda.. Mariela Solís, recepcionista del Hotel Francis Drake – donde nos hospedamos – indicándonos que allí, frente mismo al hotel, estaba el Instituto Campechano y sus estudios de turismo que ella había cursado, y para más sorpresa todavía, el director de la carrera de turismo se llamaba Eduardo Candelario. ¿Podrá haber mayores coincidencias?

En Campeche vivimos unas buenas horas cargadas de recuerdos. Visitamos sus murallas y recorrimos sus recoletas calles, sacando decenas de fotografías… Visitamos su Catedral y pudimos fotografiar la pila bautismal de mármol que donó el cura palmero Cayetano Abreu, en el Siglo XVIII, al tiempo que varias palomas revoloteaban en sus altares y cornisas interiores, a la vez que se celebraba una misa con ocho sacerdotes… Toda una situación preparada para que se nos grabara en el recuerdo…

Veracruz, el fin de un viaje

El compromiso con las universidades de Veracruz, eran la parte final de este viaje. Allí, atendidos gentilmente por las distinguidas Lcda. Rosa María Vaca Espino, de la Universidad Veracruzana; y la Mtra. Ana Laura Martinez Tejeda, de la Universidad Cristóbal Colón, así como por miembros los equipos directivos de ambas universidades, pasamos gratos momentos tratando los temas turísticos de la actualidad, recreándonos en una moderna ciudad que vamos conociendo cada día más, y saboreando sus señas de identidad gastronómicas como el “arroz a la tumbada”, los tamales, o el chile…

El Café la Parroquia, en pleno muelle – casi tocando los barcos con la mano – nos ofreció, en más de una ocasión, la oportunidad de saborear el ambiente veracruzano, animado por la música de unas marimbas que se trasladaban de un lugar a otro buscando la clásica propina de las decenas de clientes que abarrotaban sus grandes instalaciones.

Calles coloniales con hermosos faroles y clásicas fachadas decoradas ya para las fiestas navideñas, son imborrables recuerdos que, unidos a las gentiles atenciones de la familia Fortuna-Canseco – padres de nuestros antiguos alumnos, Mónica y Mario, radicados en Cancún – podemos rubricarlos con el colofón que pusiéramos con el Director de la Facultad de Empresas, de la Universidad Veracruzana, C.P. Martín Figueroa Escobar, firmando un convenio de colaboración mutua – negado por la justicia española – que nos ligó más estrechamente todavía, a la gran nación americana, y a ese puerto de mar en el Caribe que, como dijera mi llorado amigo Teobaldo Padrón Cruz, nunca podremos ignorar los canarios ni los norteamericanos, pues por Veracruz fue por donde llegaron a América las 17 familias que un año más tarde fundaran San Antonio de Texas… Imposible olvidarnos cuando hemos visitado el Museo existente en el Fuerte de El Álamo, y hemos visto la piedra de moler granos para hacer gofio que allí se conserva, llevada por los canarios fundadores de la ciudad…

Epilogo

Hechos y realidades que están ahí para la historia, como lo está que en cada una de las conferencia que expusimos en ese periplo mexicanos, dedicamos un largo espacio a mostrar lo del “desarrollo sustentable” poniendo de ejemplo a nuestra Villa de la Orotava, en la Isla canaria de Tenerife.

La actividad turística, como tal, el acto turístico, la profesionalidad y el comportamiento humano, fue el preludio de las conferencias que dictamos, que luego pasaría analizar lo que se entiende por “desarrollo turístico sostenible” según se ha venido conformando desde la Comisión Mundial para el Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas – año 1987 – hasta la definición que ha tomado la Organización Mundial del Turismo actualmente, pasando por la célebre Cumbre de La Tierra – año 1992, Río de Janeiro – con su Agenda Local XXI.

La situación y el desarrollo de las Islas Canarias, vino a continuación, para acercarnos a un modelo existente, de sobra conocido por nosotros, para poder insistir en determinados detalles representativos del “desarrollo turístico sostenible”, o sustentable como se dice en América.

En ese capítulo expusimos, con especiales detalles preparados al efecto, el modelo de la Villa de la Orotava y su desarrollo histórico hasta el presente, proyectándose, además, el video LA OROTAVA HISTORIA VIVA, analizando su evolución como un modelo dentro de la temática de la que trataba la conferencia. Hechos y realidades que fueron debatidos ampliamente, con profusión de datos y fotografías, sobre sus secuencias históricas y sus realidades.