Reconoció el papa Francisco el “martirio” por “odio de la Fe” del sacerdote Vicente Nicasio Renuncio Toribio y otros 11 compañeros, cinco sacerdotes y seis laicos, de la Congregación del Santísimo Redentor en Madrid asesinados durante la Guerra Civil española (1936-1939), por lo que resultarán beatificados.

También el papa Francisco aprobó hoy el primer paso para la beatificación de María de Los Desamparados Portilla Crespo, fiel laica y madre de familia, nacida el 26 de mayo en Valencia y fallecida en Madrid el 10 de mayo de 1996.

Los doce nuevos beatos, al reconocérseles mártires, no han necesitado ningún milagro, sino el parecer favorable de los miembros de la Congregación para las Causas de los Santos.

Además de Renuncio Toribio, también serán beatos Crescencio Severo Ortiz Blanco, Ángel Martínez Miquélez e Bernardo Sáiz Gutiérrez, Niceto Pérez del Palomar Quincoces y Gregorio Zugasti Fernández de Esquide, Aniceto Lizasoain Liizaso, José María Urruchi Ortiz, José Joaquín Erviti, Donato Jiménez Bibiano, Antonio Girón González y Rafael Perea Pinedo.

Es importante destacar que todos ellos pertenecían a dos comunidades redentoristas: la del Santuario del Perpetuo Socorro y la de San Miguel Arcángel, anexa a la iglesia de la Nunciatura Apostólica. Terminaron asesinados en Madrid en 1936.

Vicente Nicasio Renuncio Toribio nació el 11 de septiembre de 1876 en Villayuda y fue ordenado sacerdote el 23 de marzo de 1901, después de haber desempeñado el servicio pastoral en varias comunidades redentoristas españolas, detalló EFE.

Cuentan que cuando comenzó la persecución, se refugió en casa de familias amigas, pero fue detenido el 17 de septiembre de 1936 y trasladado a la Comisaría del distrito de Chamberí, de donde pasó a la Dirección General de Seguridad y finalmente, a la “Cárcel Modelo” de Madrid, donde fue asesinado el 7 de noviembre de 1936. (S. R. ).

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