Pbro. José Lucio León Duque
Sacerdote de la Diócesis de San Cristóbal

Reflexión a la luz de la Palabra de Dios

“Ya que ustedes se distinguen en todo: en fe, en palabra, en sabiduría, en diligencia para todo y en amor hacia nosotros, distínganse también ahora por su generosidad.” (2Cor 8,7).

Existen en esta semana, algunos aspectos fundamentales que nos ayudarán a entender más de cerca, el significado de la fe y lo que su esencia implica en nuestras vidas. Se nos presenta a Dios como fundamento de la vida y centro de la existencia misma del hombre. Dios crea al hombre a su imagen y semejanza para que nosotros vivamos en Él, distinguiéndonos “en fe, en palabra, en sabiduría, en diligencia para todo y en amor hacia nosotros” (2Cor 8, 7) y cultivando cada vez la generosidad. Esto nos lleva a promover, alimentar y practicar la fe que nos hace confiar en Jesús y de quien recibimos la curación del alma y del cuerpo.

DISTINGUIRSE EN GENEROSIDAD

La presencia de Jesús en medio de su pueblo, en el corazón del hombre, en la vida de la Iglesia, es garantía de una fe sólida y plena, que nos lleva por verdaderos caminos de salvación. En la liturgia de la palabra, Dios nos muestra algunos aspectos que denotan lo que cada cristiano debe tener en cuenta.

En primer lugar, San Pablo nos recuerda que distinguirse en generosidad es un punto fundamental para vivir como verdaderos testigos del Evangelio. En segundo lugar, el Evangelio nos muestra claramente la necesidad que tenemos todos de creer en Dios y en tercer lugar, los milagros que realiza Jesús, nos enseñan que creyendo en Dios, podremos obtener muchas cosas a través de la fe. Esta virtud sobrenatural, viene de la mano con las otras dos virtudes infusas o teologales: la caridad y la esperanza; todas ellas dones de Dios.

La fe caracteriza el perfil de quien vive en comunión con Dios, haciendo que la humildad, la sinceridad, el servicio y otras muchas virtudes le sean propias y dé así testimonio de vida en medio de la crisis que vivimos, sabiendo la necesidad que tenemos de cuidarnos y ayudarnos siempre más.

EN UNIÓN CON MARÍA

En este itinerario de fe, María Santísima nuestra madre, nos acompaña y nos indica el camino a seguir. Ella, madre del amor y maestra de oración, nos enseña a orar, a escuchar a Jesús y guardar en nuestro corazón sus palabras y enseñanzas para que viviendo, unidos cada vez más a Dios, seamos testigos convencidos y sinceros de su amor y su misericordia. Así sea.

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