Tras muchas horas de preparación y una larga espera por parte de todos los seguidores de SpaceX y sus pequeños grandes pasos hacia la conquista del espacio, la compañía capitaneada por el empresario Elon Musk ha tenido que abortar el primer lanzamiento de su nave espacial Starship. Starship, la nave que nos llevará a Marte, ha fracasado en «el primer intento de una prueba de vuelo suborbital a gran altitud de la nave número de serie 8 (SN8)». Con todas las miradas puestas en las instalaciones de la compañía en Boca Chica, Texas, la cuenta atrás se ha quedado congelada cuando quedaban 1,3 segundos para el despegue. El prototipo SN8, el primero en hacer un vuelo suborbital, se lanzó el 9 de diciembre y acabó estrellándose contra el suelo.20BITS

Que a Elon Musk le cuesta seguir las normas es un secreto a voces. Pero llegar a incumplir las advertencias de la Administración Federal de Aviación -FAA, sus siglas en inglés-, la entidad gubernamental responsable de la regulación de todos los aspectos de la aviación civil en Estados Unidos, en un lanzamiento que superó los 10 kilómetros de altitud ya son palabras mayores.

SpaceX realizó su primera prueba de vuelo a gran altitud de un prototipo de la nave Starship el pasado mes de diciembre. El Serial Number 8 (SN8) despegó de las instalaciones de la compañía en Boca Chica, Texas, y subió a los cielos hasta altura suborbital, apagó sus motores Raptor y comenzó a bajar en lo que parecía una maniobra perfecta y que tenía a toda la comunidad con la boca abierta. Pero el desenlace fue peor: la nave acabó estrellándose contra el suelo porque no fue capaz de encender de nuevo sus motores a tiempo.

Sin embargo, según ha averiguado The Verge, este no fue el mayor de los problemas de aquella prueba. El 9 de diciembre, poco antes de que se produjera el esperadísimo ‘liftoff’, SpaceX ignoró “al menos dos advertencias” de la FAA, que avisaba de que su primera prueba de vuelo de un prototipo la Starship a gran altitud “violaría la licencia de lanzamiento de la compañía”.

En una carta de la FAA a la presidenta de SpaceX, Gwynne Shotwell, vista por el medio internacional se puede leer que dicha violación de la licencia de lanzamiento fue “inconsistente con una fuerte cultura de seguridad” y que a pesar de que por parte de la compañía se afirmaba que el riesgo era “lo suficientemente bajo para cumplir con los criterios regulatorios”, SpaceX utilizó “métodos analíticos que parecían haber sido desarrollados apresuradamente para cumplir con una ventana de lanzamiento”.

Los de Musk, por su parte, aseguran que el software de la agencia es una “fuente de frustración” y que se ha demostrado que “es inexacto en ocasiones o demasiado conservador”. No obstante, los documentos obtenidos exclusivamente por The Verge muestran cómo SpaceX priorizó la velocidad sobre la seguridad para la prueba del SN8.

SpaceX intentó lanzar el SN8 por primera vez el 8 de diciembre con la aprobación de la FAA, pero no lo logró debido a un problema con el motor. Al día siguiente se puso la maquinaria en marcha para seguir con la prueba, pero las autoridades rechazaron repetidamente el lanzamiento, señalando el clima y algún problema con el prototipo, según el informe visto por The Verge.

La FAA indicaba que si el modelo de Starship explotaba su onda de choque podría verse reforzada por diversas condiciones climáticas como la velocidad del viento y poner en peligro las casas cercanas. Cuando ya había comenzado la cuenta atrás para el lanzamiento, SpaceX pidió a la agencia que renunciara al umbral de seguridad, pero esta rechazó la solicitud y la compañía de Musk detuvo el reloj de cuenta regresiva.

Desoyendo todas las advertencias, el director de operaciones de lanzamiento de SpaceX, cuyo nombre no se proporcionó en el informe, reinició el reloj de cuenta atrás del lanzamiento poco después. Los documentos decían que él “tenía la impresión” de que los datos de la compañía eran suficientes.

SN8 Starship no tenía autorización para su lanzamiento y, minutos antes del despegue, un inspector de seguridad de la FAA hablando por una línea telefónica abierta advirtió al personal de SpaceX en la sala de control de lanzamiento que un lanzamiento violaría la licencia de lanzamiento de la compañía. Pero ignoraron la advertencia porque “asumieron que el inspector no tenía la información más reciente”, decía el informe.

Hacer oídos sordos a la FAA no es algo que pase muy habitualmente, de hecho, SpaceX es de las pocas compañías que lo ha hecho. Sin embargo, en última instancia, la FAA no sancionó a la empresa aeroespacial, que menos de dos meses después reanudó sus vuelos en Boca Chica.

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