En los últimos años, los científicos han comenzado a comprender que los árboles dependen de redes subterráneas complejas de hongos y microbios que interactúan simbióticamente con las raíces, facilitando la transferencia de nutrientes.

Ahora, un equipo internacional de científicos ha creado el primer mapa global de estos vastos sistemas subterráneos, conocidos como «mycorrhizal fungi networks» o «redes de hongos micorrízicos» o, coloquialmente, la «wood wide web», según un estudio publicado en la revista Nature.

Para su artículo, los investigadores crearon un algoritmo informático para analizar una base de datos que pertenece a Global Forest Initiative, que contiene información sobre 1.2 millones de árboles forestales, que representan 28.000 especies en más de 70 países, informó la BBC.

Wood wide web

Para producir modelos de estas redes de hongos en todo el mundo, el algoritmo tomó en cuenta los factores ambientales locales, así como los datos sobre los diferentes microbios que están más estrechamente asociados con cada especie de árbol.

Por ejemplo, las raíces de los robles y los pinos están a menudo rodeadas por hongos ectomicorrícicos (EM), informó Science Magazine. Mientras tanto, los árboles de arce y cedro tienden a encontrarse junto con los hongos micorrizas arbuscular (AM), que pueden penetrar las raíces. Otros, en su mayoría en la familia de las leguminosas, a menudo se asocian con bacterias «fijadoras de nitrógeno», que toman el gas del aire y se convierten en alimento.

El análisis del equipo mostró que el clima local tiene un papel importante que desempeñar en la composición de estas redes. En regiones caracterizadas por un clima templado frío y bosques boreales, los hongos EM son más comunes. En los trópicos más cálidos, por otra parte, los hongos AM se encuentran en proporciones más altas. Finalmente, las bacterias fijadoras de nitrógeno tienden a agruparse en áreas muy calientes y secas.

Una «red social» de árboles bajo nuestros pies

Thomas Crowther, de ETH Zurich y autor del estudio, dijo a la BBC:

«Es la primera vez que hemos podido entender el mundo bajo nuestros pies, pero a escala global. Al igual que un escáner de resonancia magnética del cerebro nos ayuda a entender cómo funciona el cerebro, este mapa global de los hongos debajo del suelo nos ayuda a entender cómo funcionan los ecosistemas globales. Lo que encontramos es que ciertos tipos de microorganismos viven en ciertas partes del mundo, y también comprendimos que podemos descubrir cómo restaurar diferentes tipos de ecosistemas y también cómo está cambiando el clima».

Los autores dicen que los últimos hallazgos resaltan no solo el papel significativo que desempeñan las redes de micorrizas en la mitigación del cambio climático, sino también la vulnerabilidad de sus efectos.

Según el estudio, los hongos de AM aceleran el reciclaje de carbono hacia la atmósfera, mientras que los hongos EM ayudan a eliminar el gas de efecto invernadero y lo mantienen encerrado en el suelo. El problema es que los hongos EM están en mayor riesgo por el cambio climático, por lo que podríamos ver disminuciones significativas en el futuro, lo que podría aumentar el «circuito de retroalimentación del calentamiento de la temperatura y las emisiones de carbono».

Crowther dijo a la BBC:

«Los tipos de hongos que soportan grandes reservas de carbono en el suelo se están perdiendo y están siendo reemplazados por los que expulsan carbono a la atmósfera».

Fuente: codigooculto.com