Dr. Carlos G. Jaime M.

El lenguaje político pareciera un galimatías para Juan Bimba como ahora se le designa venezolano de a pie. Por esa razón intento definir los términos que se usan a menudo, para que esa persona que solo piensa en trabajar y como darle la pitanza a su consorte y los sutes comprenda el discurso, y así tomar las mejores decisiones al ejercer su voto, y no oír cantos de sirena.

Pareciera que estos dos términos dijeran lo mismo y aunque son parecidos no son iguales. Gobernanza es la estructura de un sistema sociopolítico que es el resultado de la interacción de los actores intervinientes que siguen las reglas de juego en este sistema o, dicho en otras palabras; sus actores pueden utilizar estas reglas de acuerdo a sus intereses y objetivos siguiendo y respetando la ley. Otra definición es: La cualidad propia de una comunidad política según la cual las instituciones gubernamentales actúan eficaz y eficientemente dentro de la legitimidad, lo cual a su vez permite al poder ejecutivo el ejercicio de su voluntad acatada por la obediencia cívica de la población.

Luego entonces gobernabilidad se define como la habilidad para gobernar, calificando al gobierno como una red de instituciones públicas, entendiéndola entonces, como la capacidad de procesar y aplicar institucionalmente políticas públicas en pro del bien y seguridad de los gobernados.

De lo anterior se ha de deducir Gobernanza, como el arte o manera de ejercer la acción de gobierno en función del objetivo, dirigido hacia un desarrollo social armónico en lo económico e institucional, que pueda permanecer en el tiempo promoviendo un sano equilibrio entre el estado y la sociedad, lo cual a su vez impulsa el desarrollo de las actividades económicas que promuevan riqueza, la cual debe permear a la población mediante el emprendimiento en conformación de empresas, que a su vez ofrezcan puestos de trabajo cuya remuneración estimule el desarrollo familiar de la población, y por ende del país en su conjunto integral, entendiendo como eficiencia el grado de solución de los conflictos de intereses entre los distintos estamentos sociales y económicos, permitiendo alcanzar lo que se ha llamado: “El buen gobierno”.

El término Gobernanza es referido a la “Metapolítica” que concierne a la estructura institucional de la acción política tanto del gobierno como la de los diferentes actores de la sociedad civil que, a través del potencial creativo de los mismos y con la habilidad de sus líderes, lograr los cambios estructurales que superen el retardatario “estatus quo”, permitiendo el necesario cambio en las reglas del juego político, inspirando a todos el compromiso del esfuerzo que procure hacer avanzar la sociedad por nuevos y productivos caminos.

Antonio Camou plantea una definición que me parece interesante sobre la Gobernabilidad: Definiéndola como: El estado de equilibrio dinámico entre el nivel de las demandas sociales y la capacidad del estado-gobierno de responderlas de una manera legítima y eficaz. Camou llega a esta definición después de estudiar las similitudes y diferencias entre gobernabilidad y gobernanza, apuntando que en el contexto latinoamericano los teóricos de la izquierda han prestado más atención al tema de la Gobernabilidad que al de Gobernanza, en función de la hipótesis que el estado ha de tener más importancia que los problemas que implica gobernar, y como dice Luis Aguilar Villanueva: “Los teóricos políticos latinoamericanos han estudiado todo, menos la manera de cómo el gobierno construye y desarrolla sus decisiones”.

Según Norbert Lechner, la izquierda nuestra ha privilegiado más una estrategia del poder, que plantearse una estrategia de orden hacia estrategias de gobernanza que es la manera como los gobiernos establecen su agenda, diseñan sus políticas, toman sus decisiones y evalúan el impacto. Es decir: “la acción de gobernar y gobernarse”, mientras que la Gobernabilidad se refiere a “cómo se gobierna” prestando atención a la estabilidad política, dados los problemas que derivan de aspectos deficitarios o debilidades institucionales que son frecuentes en los regímenes democráticos, habida cuenta que los resabios genéticos del autoritarismo atentan contra el fortalecimiento de una cultura cívica.

Joan Prats define gobernabilidad: “Atributo de sociedades que se han estructurado socio-políticamente de un modo tal, que todos los actores estratégicos se interrelacionan para la toma de decisiones de autoridad y resolución de sus conflictos, conforme a un sistema de reglas formales e informales, dentro del cual formulan sus expectativas y estrategias”. Finalmente, Fernando Calderón se refiere a la gobernabilidad como “la construcción de un orden constitucional, plural, conflictivo y abierto, que implique capacidad mínima de gestión eficiente y eficaz; con la autoridad que debiera tener el ejecutivo ante los otros poderes y la sociedad misma”.

Resumiendo; los estudios consultados sugieren que gobernanza debe ser referida a las relaciones del estado con la sociedad en sus distintos niveles siempre y cuando el objeto se refiere a políticas públicas; mientras que, gobernabilidad se refiere a las amplias relaciones entre el estado, sistema político y sociedad, más dirigido al análisis del sistema en forma integral, que para sus componentes, ya que no existen paradigmas o modelos de gobernanza, sino formulaciones para la gestión de un “buen gobierno”.

COLOFÓN: De inmediato nos asalta una pregunta, Verdaderamente ¿Gozamos de gobernanza y gobernabilidad? Y, ¿Estará preparado y conocedor de estos conceptos nuestro estamento político?… la sociedad civil tiene la palabra.

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