El Sistema de Orquestas de Venezuela busca marcar un récord Guinness al reunir a la orquesta más grande del mundo, bajo la batuta del director Andrés David Ascanio, en el patio de la Academia Militar de Venezuela, en Caracas, donde ejecutantes de todo el país se reúnen quizá por única vez en su vida para interpretar la Marcha Eslava de Tchaikovsky y lograr la certificación internacional.

“El récord es que logremos tocar todos juntos, no tocar más fuerte. Debemos estar orquestados. No me vean a mí sino a las pantallas”. La indicación se repetía una y otra vez en voz del director Andrés David Ascanio, quien fue el encargado de guiar el ensamble orquestal de unos 12 mil músicos reunidos en la capital venezolana.

El patio de la Academia Militar es amplísimo, coronado por una gran tarima desde donde 9 de las 11 pantallas muestran al director a gran tamaño. La exigencia de seguirlo con los ojos evita que haya confusiones con la velocidad en que viaja el sonido entre los ejecutantes más cercanos al proscenio y los ubicados hacia atrás, allá a lo lejos. “Tú lleva tu ritmo, vas a sentir que ellos están tocando retrasados pero no es así. Sigue en lo tuyo”, le recomienda casi al oído Ascanio a Naileth Castro, la cabimera que también fungirá como directora el sábado.

Abajo, en la explanada, decenas de músicos de todas las edades estaban organizados por bloques orquestales. Desde allí deben guiarse por las pantallas y no por sus oídos, que priorizan los sonidos de los demás músicos cercanos en contraste con el de aquellos más alejados, cuya música llega con retraso.

Lo importante es conseguir el récord como la Orquesta Sinfónica más grande del mundo, certificada por el Libro Guinness. Para ello, la firma KPMG será la encargada de validar que más de 8.097 de los 12 mil músicos presentes toquen en conjunto la Marcha Eslava del ruso Piotr Ilich Tchaikovsky.

Así se cumplirá el requisito: interpretar una pieza sinfónica con al menos cinco minutos de duración a manos de un ensamble que supere en cantidad de personas el récord marcado en Rusia en 2019.

El Sistema colocó en línea a más de 12 mil músicos para el concierto de una hora de duración. El intento formal consta de la Marcha Eslava con sus 12 minutos de duración, que la organización espera sea ejecutada finalmente por unos casi 10.500 de los presentes. El resto, pertenecientes al programa Alma Llanera de música tradicional venezolana y al sistema de Coros, se sumará al espectáculo para el repertorio adicional que incluirá el Alma llanera, El merengue del primer dedo, Venezuela, Chamambo y el Himno Nacional.

El ministro de información Freddy Ñáñez dijo preferir que los titulares digan que el récord se conseguirá con todos los 12 mil porque “soy megalómano”.

Además el repertorio escogido cumple con el requisito internacional, “pero también forma parte del programa de formación de El Sistema”, señala Andrés David Ascanio, también Director Académico Musical de la fundación además de sobrino del maestro José Antonio Abreu e hijo de un fundador del programa musical. “La Marcha Eslava es una obra que representa la magnitud del evento pero también es formativa. Todas estas piezas son muestras de nuestra metodología”.

Destaca Eduardo Méndez, director ejecutivo de El Sistema de Orquestas, que la creación del maestro Abreu ha inspirado proyectos en más de 70 países, y de allí lo relevante en poder mostrar no solo un récord sino una forma de hacer las cosas. “El 2 de abril de 2018 despedimos en el Poliedro de Caracas al maestro Abreu con 10.000 niños aproximadamente reunidos para homenajear a nuestro fundador. Entonces conversamos sobre la inquietud de contactar a Guinness a ver si podíamos hacer algo con esos números. Los tiempos no daban para venir en esa oportunidad a ver esa cantidad que ya era mayúscula. Además hay una preparación, una documentación, para tener la atención de ellos y que puedan verificarlo. Nos trazamos la meta desde entonces”.

Sin embargo, los rigores de la pandemia frenaron los planes, hasta que hace más de dos meses se pusieron en marcha para conseguirlo. El repertorio fue decidido por un Consejo Académico y comenzado a ensayar en núcleos de todo el país. Este sábado, en Caracas se reunieron niños, jóvenes y adultos llegados de todos los rincones del territorio cargando sus instrumentos. Los más pequeños llevaban colgado al cuello las fichas identificadoras con nombre, cédula, núcleo de origen, estado de procedencia e instrumento.

De lograrse el récord, la organización Guinness comunicará el veredicto tres o cuatro días después del intento y entregará el premio a la Orquesta Sinfónica más grande del mundo, conformada en este caso por intérpretes desde los 12 años (el menor de los participantes) hasta los 77 años, la edad del maestro Frank Di Polo, quien fue el primer concertino de El Sistema en su historia y empuñará de nuevo el violín para hacer historia.

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