El fármaco Omomyc, utilizado para controlar tumores primarios, ha demostrado también ser eficaz contra la metástasis del cáncer de mama en ensayos con ratones

Omomyc, una proteína utilizada en terapias antitumorales, también puede frenar el desarrollo de la metástasis de cáncer de mama. El estudio que sugirió esta capacidad del fármaco fue llevado a cabo en experimentos in vitro y con ratones, y ha sido publicado recientemente en la revista Cancer Research Communications.

En los experimentos realizados in vitro, los científicos probaron la eficacia de Omomyc en todos los tipos de tumores, mientras que en los animales se enfocaron en tratar el cáncer de mama triple negativo, un tipo de cáncer con menos opciones de tratamiento, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Anteriormente, el fármaco había demostrado mejorar el tratamiento de ratones con cánceres de pulmón sin ningún efecto secundario considerable. Sin embargo, esta es la primera vez que se comprueba su eficacia contra la metástasis de este tipo de cáncer.

“Hasta el momento, habíamos demostrado que Omomyc era eficaz controlando muchos tumores primarios. Ahora, además, hemos visto que también es eficaz al bloquear la invasión, el establecimiento y el crecimiento de las metástasis en el cáncer de mama”, dijo Laura Soucek, bióloga del Instituto de Oncología Vall d’Hebron (VHIO) y una de las autoras del estudio.

El fármaco, que es el resultado de veinte años de investigación, ya se está probando en pacientes con tumores avanzados desde mayo del año pasado.

¿Cómo funciona Omomyc?

Omomyc funciona inactivando a la familia de genes MYC, las cuales se encargan de regular la multiplicación de las células en nuestro organismo.

En individuos sanos, este mecanismo se realiza de un modo correcto y sin inconvenientes, pero, en pacientes con cáncer, las células dañadas pueden comenzar a multiplicarse sin control.

Este crecimiento descontrolado sucede porque los genes MYC, estando dentro del ADN de cada célula cancerosa, se encajan a modo de gancho con una proteína llamada MAX.

En esa línea, la tarea de Omomyc consiste en impedir esa conexión y así evitar que las células continúen proliferando y desarrollando metástasis.

Tras revisar bases de datos de pacientes con cáncer de mama, el grupo de expertos encontró que, quienes tenían una sobreexpresión de los genes MYC, tenían más riesgo de metástasis y muerte.

“Esto nos hace ser optimistas y pensar que, si estos pacientes se tratasen con nuestro fármaco, quizá podríamos mejorar su supervivencia”, señaló Daniel Massó, también autor del estudio.

Fuente: larepublica.pe