El balear lucha por convertirse en el sexto jugador capaz de ganar los tres primeros grandes del calendario.

Rafael Nadal pisó por primera vez la hierba de Wimbledon, en 2003, había un serie de tradiciones que han ido desapareciendo a lo largo del tiempo.

El balear, sin embargo, prevalece a los cambios y 19 años después está dispuesto a seguir compitiendo con el objetivo de un tercer título en la considerada catedral del tenis.

Nadal, que debuta mañana ante Francisco Cerúndolo, opta a convertirse en el sexto jugador capaz de ganar los tres primeros grandes del calendario. Antes lo hicieron Jack Crawford, Don Budge, Lew Hoad, Road Laver y Novak Djokovic. Sólo dos de ellos, Budge (1938) y Laver (1962 y 1969), completaron el Grand Slam en una misma temporada.

A eso aspira el manacorí, a pesar de contar con 36 primaveras y haber sido duda por su lesión crónica en el pie izquierdo. Completó ayer un nuevo entrenamiento al lado del estadounidense Tommy Paul bajo la atenta mirada de Novak Djokovic, su gran rival y con el que se ha repartido 14 de los últimos 16 majors.

Respetan el ranking

Los jerarcas del All England Club, que invitaron en el año 2000 a Albert Costa y Álex Corretja a abandonar su torneo al quejarse de que no se respetaba el ranking en una confección de los cabezas de serie, no se saltan ya desde el curso pasado la clasificación mundial para elaborar los 32 favoritos.

Les ha facilitado la decisión el hecho de no existir ya especialistas en césped y tener a Roger Federer lesionado. No es la única gran modificación que se está encontrando estos días Nadal y los más veteranos del lugar.

Entrenamiento en pistas de juego

Por primera vez en la historia se ha dejado entrenar en la hierba de la pista central y la pista 1 de la coqueta instalación para que el verde resbale menos durante los primeros partidos de la competición.

En 2021, los duelos se convirtieron en una prueba de equilibrio. Rafa y Matteo Berrettini siempre podrán presumir de haber pisado los primeros la cancha principal antes de la competición oficial. Han sido unos pocos elegidos entre los que también ha estado Djokovic y Serena Williams. Eso sí, todos ellos han ido ataviados con la indumentaria blanca que marca la estricta reglamentación del Club.

Adiós al ‘middle sunday’

De igual forma, y como gran novedad en la edición que empieza este lunes, se elimina el Middle Sunday, que permitía a los participantes gozar de un día de descanso en mitad del certamen y a los residentes en Wimbledon de una jornada de tranquilidad en medio del concurrido grande.

El domingo festivo era una costumbre que nació en los años 80 cuando el torneo dejó de disputar su final en sábado. Los vecinos del barrio londinense protestaron y se llevaron un día de descanso la primera semana como recompensa. Sólo se saltó en cuatro ocasiones por la acumulación de partidos por la lluvia: 1991, 1997, 2004 y 2016.

Cabe recordar que Wimbledon es el único de los cuatro majors que no cuenta con sesión nocturna por el acuerdo con el vecindario de no prolongar el juego más allá de las 23.00 horas.

Adiós al Manic Monday, que permitía presenciar todos los octavos de final de los cuadros individuales el lunes de la segunda semana.

Sin publicidad en las pistas

Se mantiene desde 1963 la obligatoriedad de jugar de blanco y desde 1902 las bolas son Slazenger. Se sigue sin contemplar la posibilidad de poner publicidad en las pistas y los asistentes se hinchan de comer fresas con natas y de beber Pimm’s. El torneo, que se autodenomina The Championships, llama a los hombres caballeros y a las mujeres, damas.

El campeón, primero

Se mantiene la tradición de que el campeón masculino inaugure la primera jornada en la pista central, que cumple 100 años.

Pasa lo mismo el martes con la vencedora en féminas. Esta campaña, por la ausencia de Ashleigh Barty, será Iga Swiatek quien tenga ese privilegio.

Estuvo a debate la opción de que fuera Simona Halep, como triunfadora en 2019, pero pesó su reciente lesión en el cuello y que le obligó a abandonar antes de disputar las semifinales en Bad Homburg con la canadiense Andreescu.

Nadal, al igual que el resto de favoritos, vuelve a tener una casa alquilada en las inmediaciones del club después de que todos los participantes se vieran obligados a quedarse en un mismo hotel la pasada edición como consecuencia de la pandemia.

«Este año hemos alquilado una casa por aquí cerca, lo cual es más cómodo para nosotros porque el año pasado estuvimos en un hotel y con el tráfico tardábamos una hora en coche y era mucho, una hora de ir y otra de volver», cuenta Carlos Alcaraz. El murciano, algo que también han hecho su compatriota Rafa y Muguruza, sólo ha abandonado el vecindario de Wimbledon para acudir al restaurante Cambio de Tercio, la catedral de la gastronomía española en Londres.

Fuente: marca