Las prendas cobran una dimensión etérea al despegarse del cuerpo.

De siluetas relajadas, adaptadas a los nuevos protocolos que redefinen la elegancia, así es la más reciente colección de Carolina Herrera, Evening Fall, que busca hacer de lo relajado la sofisticación, lo cual logra Wes Gordon en esta entrega.

Las blusas, impronta de la firma, vienen en varias versiones: blanca y negra con un efecto que asemeja al ying y el yang, también hay los tradicionales polka dots, o el jacquard con las iniciales de Carolina. El uso de los lazos se renueva con flecos y nuevas técnicas textiles que le dan un aire más moderno. Todo es una constante evolución en donde no hay reglas, y las ideas no están limitadas.

Los vestidos son fluidos, no están pegados al cuerpo y solo permiten que sea la cintura lo que se marque gracias a una pequeña correa, lo que hace que se cree una silueta que juega con volúmenes y movimientos gracias al uso fluido de las mejores telas. Las prendas cobran una dimensión etérea al despegarse del cuerpo, haciendo que sobresalgan por su ligereza y las formas que crea.

El «color block», viene en su más intensa versión. Los colores rojos, fucsia y verde esmeralda coexisten con colores más neutrales como el blanco, azul marino y negro.

La tafetta, crepe, seda de chiffon y la bambula son las telas usadas en esta colección y a la que se le aplican diferentes técnicas y exclusivos estampados de la casa Herrera.

En cuanto a los accesorios los sobres «Insignia» y «Marquise» son los accesorios perfectos para cada una de estas piezas ya que crean un perfecto contraste y elevan el look del día a la noche, haciendo que las mujeres que lo llevan se sientan y vean poderosas, así como radiantes.

Las sandalias son el calzado a elegir y de vibrantes colores, lo que hace que le den protagonismo a cada una de las prendas que componen esta colorida y relajada colección, que una vez más resalta el estilo limpio y elegante de Carolina Herrera.

Fuente: eluniversal.com