La tecnología puntera del telescopio espacial y su capacidad de observar en el espectro infrarrojo ha proporcionado una visión sin precedentes del universo.

“En algún sitio algo increíble está esperando a ser conocido”. La frase era del astrónomo y divulgador Carl Sagan y hoy la hizo realidad el telescopio espacial James Webb con las primeras imágenes que ha tomado y en las que se revela un universo desconocido.

Las nebulosas de Carina y del Anillo del Sur y el Quinteto de Stephan eran objetos cósmicos ya conocidos y fotografiados por el telescopio Hubble, pero la tecnología puntera del Webb y su capacidad de observar en el espectro infrarrojo ha proporcionado una visión sin precedentes de todos ellos.

Junto a estas imágenes se dio a conocer el espectro del exoplaneta WASP-96 b, que ha captado la señal inconfundible del agua. Ayer además el presidente estadounidense, Joe Biden, presentó la primera imagen infrarroja más profunda del universo, que muestra el cúmulo de galaxias SMACS 0723.

El James Webb, que fue lanzado al pasado día de Navidad y está ubicado a 1,5 millones de kilómetros, no solo es el telescopio más grande y avanzado en el espacio, sino que también ha abierto una nueva era en la astronomía y se centrará en el estudio del universo primitivo, la evolución de las galaxias, el ciclo de vida de las estrellas y la existencia y composición de otros mundos.

La NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la canadiense (CSA), cuya colaboración ha hecho realidad al James Webb, celebraron hoy un evento, liderado por la agencia estadounidense, el cual constituyó la puesta de largo del telescopio que ahora empieza su misión científica.

El administrador de la NASA, Bill Nelson, fue quien parafraseó hoy a Sagan (1934-1996) al referirse a la misión del Webb, un proyecto, dijo, que «mantiene nuestra capacidad de impulsarnos hacia delante para la ciencia, para asumir riesgos e inspirarnos. No queremos dejar de explorar el cielo».

Primeras observaciones

Las primeras observaciones del telescopio, formado por un parasol del tamaño de una cancha de tenis y un gran espejo de 18 fragmentos hexagonales bañados en oro, cuentan la historia de un universo oculto.

La capacidad de ver desde los exoplanetas vecinos hasta las galaxias más lejanas del universo primitivo, hacen del Webb una especie de máquina del tiempo que será capaz de captar la luz emitida poco antes del Big Bang.

El telescopio espacial está compuesto de varias cámaras, espectrógrafos y coronógrafos de última generación, de los que MIRI y NIRSpec tienen participación científica española.

La imágenes se fueron dando a conocer una a una, acompañadas de las explicaciones de expertos, que tomaban la palabra tras las expresiones de asombro de los presentes ante cada nueva entrega.

Una sorprendente “instantánea” de la nebulosa del Anillo del Sur abrió el desfile, en la que se muestra el espectáculo final de una estrella agonizante, según la describe la NASA. que ha estado emitiendo anillos de gas y polvo en todas direcciones durante miles de años.

Situada a unos 2.500 años luz de distancia, los detalles sobre esta nebulosa permitirán comprender qué moléculas están presentes en las capas de gas y polvo, lo que ayudará a refinar el conocimiento de estos objetos.

Una guardería de estrellas

Todas las imágenes mostradas hoy son de gran belleza, pero quizás la más emocionante por su espectacularidad corresponda a la nebulosa de Carina (NGC 3324), que abre la puerta a los llamados precipicios cósmicos y a la luminosa majestuosidad de una guardería de estrellas.

La fotografía más grande tomada hasta ahora por el nuevo telescopio muestra una “danza cósmica” a 290 millones de años luz, protagonizada por las cinco galaxias del Quinteto de Stephan arrastradas por sus fuerzas gravitacionales, explicó la astrónoma de la NASA Giovanna Giardino.

Con este tipo de imágenes los científicos podrán estudiar con un grado de detalle sin precedentes cómo interactúan las galaxias entre sí y la evolución de los agujeros negros.

Antes de empezar a publicar la imágenes del Webb, el evento contó con la intervención de los máximos responsables de las tres agencias espaciales, que destacaron la importancia de la colaboración internacional.

El director ejecutivo de la ESA, Josef Aschbacher, subrayó en una intervención grabada que el nuevo telescopio “va a cambiar nuestra comprensión del universo”, mientras que su director científico, Günther Hasinger, dijo que esta “obra maestra de la colaboración internacional”, no solo responderá muchas preguntas, sino que también planteará otras que “aún no sabemos ni formular”.

Nelson habló de “perseverancia” e “inspiración”, la de todos aquellos que ha permitido presentar hoy “una nueva y revolucionaria perspectiva del cosmos”, gracias al James Webb.

Una máquina prodigiosa, cuya concepción y creación ha llevado más de dos décadas. Un proyecto que solo se puede lograr con “una fuerte cooperación internacional”, reiteró la presidenta de la Agencia Espacial de Canadá, Lisa Campbell, y “miles de mentes brillantes”.

Fuente: EFE