«Frida Kahlo, más allá de los clichés» exhibe más de 200 objetos procedentes de la colección personal de la artista, descubierta en La Casa Azul en 2004.
Fue una de las artistas más influyentes y reconocidas del siglo XX y, años después de su muerte, la mexicana Frida Kahlo pasó a convertirse en un icono que traspasó su época. Por ello el Museo de la Moda de París ensalza ahora a la creadora, que de forma pionera uso la ropa para definir su identidad y reafirmarse.
“Frida Kahlo, más allá de los clichés”, abierta al público del 15 de septiembre al 31 de diciembre, exhibe más de 200 objetos procedentes de la colección personal de la artista, descubierta en La Casa Azul en 2004. Y, como centro neurálgico de la Historia de la Moda, el llamado Palais Galliera profundiza por primera vez en sus relaciones con la ropa.
“La importancia de la prenda para construirnos, para expresarnos, es absolutamente relevante y pertinente, y son mensajes que queremos transmitir aquí, como el impacto de esta mujer extraordinaria, que se ha convertido en un icono de moda”, destaca en la presentación de la exposición la directora del Galliera, Miren Arzalluz.
Comisariada por la mexicana Circe Henestrosa, directora de la escuela de moda Lasalle College of Arts de Singapur, la muestra defiende a través de prendas, cartas, accesorios, medicamentos e incluso prótesis médicas que Kahlo no fue únicamente una víctima de la enfermedad y la tragedia, como la dibujaban los primeros grandes estudios sobre ella en los años 1980.
“Sí sufrió, mucho. No vamos a negarlo. Pero vivió una vida intensa y plena y no dejó que sus discapacidades la definieran. Ella se definió a sí misma poniendo su cuerpo al servicio del arte y expresando el sufrimiento de forma creativa”, señala Henestrosa.
Para la comisaria, la apariencia de Kahlo fue su forma de manifestar sus preocupaciones políticas e identitarias, un ejemplo que puede ser un motor de creación e inspiración para las nuevas generaciones que hoy se acerquen a su obra.
De hecho, Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón, nacida en 1907 en Coyoacán, hija de una mestiza de origen español e indígena de la región de Oaxaca e hija de un inmigrante alemán, llegó a la pintura a través del sufrimiento.
Con seis años, la polio le dejó una pierna más corta que otra y a los 18 un terrible accidente de tráfico la dejó postrada, obligándola a sufrir durante toda su vida un sinfín de operaciones quirúrgicas para tratar de aliviar los dolores y problemas de la columna vertebral.
Empezó entonces a pintar, desde su cama del hospital, despidiéndose para siempre de su aspiración de ser médico.
Moda como objeto de autoconstrucción
Aunque durante años se decía que usaba vestimenta típica porque a su pareja, el pintor Diego Rivera, le gustaba, lo cierto es que Kahlo empezó a utilizar vestidos largos a los 20 años para ocultar sus problemas de salud.
Después, se sumó a los llamamientos de las autoridades mexicanas tras la Revolución que sacudió el país durante una década, que acabó en 1920, para adaptar aquel estilo de las matriarcas Tehuanas como forma de reivindicar su “mexicanidad”.
“Frida Kahlo perdura porque pudo romper muchos tabúes acerca de la experiencia del cuerpo femenino, de lo que significa vivir con un cuerpo discapacitado y usar la creatividad para sentirse mejor”, defiende Henestrosa.
La comisaria cree que Kahlo es un ejemplo de fuerza, resistencia y libertad para el público que hoy descubra a la artista y vea cómo celebró sus raíces, su aspecto, una libertad sexual que la llevó a tener amantes tanto hombres como mujeres.
La exposición es una adaptación de las colecciones del Museo Frida Kahlo que ya han pasado por grandes ciudades como San Francisco o Londres, pero es la primera que presta tanta atención a la moda como objeto de construcción personal y a su paso por Europa y su contacto con los surrealistas en Francia.
Como toque propio, París añade a la muestra creaciones de grandes diseñadores contemporáneos como Alexander McQueen; Jean-Paul Gaultier; Chanel; Maria Grazia Chiuri, en Dior, o Riccardo Tisci, en Givenchy, que bebieron, directa o indirectamente, de la inagotable fuente de estilo e inspiración que fue Frida Kahlo.
Fuente: EFE