La esperanza de vida máxima del ser humano es una cifra que no para de aumentar. ¿Pero hay un límite? Según este nuevo estudio, si existe, aún no hemos llegado.

La esperanza de vida de los humanos ha aumentado mucho en los últimos años. ¿Pero hemos llegado al límite? Según un estudio estadístico, recién publicado en PLOS One, si ese límite existe, aún no lo hemos alcanzado.

De hecho, calculan que, con base en las tendencias de décadas pasadas, quizás se podría llegar a ese límite de esperanza de vida en 2060. No obstante, no se sabe de cuántos años sería.

Por ahora, la persona que ostenta el récord a la edad más avanzada es Jeanne Calment, quien murió en 1997 con 122 años. Practicó esgrima hasta los 86 años y montó en bicicleta hasta los 100. Caminó sin bastón hasta los 114 e, increíblemente, dejó de fumar a los 117. Es un caso de lo más interesante. Sin embargo, para los autores de esto nuevo estudio, el récord podría ir mucho más allá de su edad. ¿Quién será el próximo? Habrá que esperar para saberlo.

Esperanza de vida a lo largo de los años

La esperanza de vida en el mundo ha evolucionado muchísimo a lo largo de los años. Se calcula que en el paleolítico, los humanos vivían de media entre 22 y 33 años, mientras que los más longevos apenas pasaban de los 50.

Más adelante, cada cultura, con diferentes avances científicos, así como distinta exposición a enfermedades y condiciones de salubridad, tenía su propia esperanza de vida. Sin embargo, en general se situó aproximadamente en las mismas cifras, con una media que no solía superar los 30 años. El gran salto tuvo lugar a inicios del siglo XX, cuando la media mundial se situó entre 50 y 65 años. Actualmente, las personas viven de media en todo el mundo entre 70 y 73 años. No obstante, hay una gran variación entre países. Por ejemplo, en España, según el INE, la esperanza de vida desde el nacimiento se sitúa en 79,6 años para los hombres y 85,1 para las mujeres.

Pero esa es la media. Cada vez hay más personas centenarias. A menudo suelen vivir en puntos rurales. Esto lleva a pensar en que el estilo de vida tiene mucho que ver. Pero, lógicamente, los avances en materia de salud también. Muchas enfermedades antes mortales hoy en día se curan con facilidad. Sin embargo, aún quedan algunas que son un reto para la ciencia.

Aún no conocemos el límite

Este estudio que se acaba de publicar tiene únicamente un origen estadístico. Básicamente, se ha analizado cómo ha variado la esperanza de vida mundial en las últimas décadas, para comprobar si hemos llegado a una meseta. Y no lo parece.

Según este análisis, algunas personas que nacieron antes de 1950 pueden romper récords de longevidad de vida en las próximas décadas. Aunque, para ello, es necesario que su salud esté garantizada por la estabilidad política y económica. Esto es importante, pues no basta solo con los avances de la medicina. Si un país, por ejemplo, dificulta el acceso a la sanidad pública para toda su población, es mucho más difícil que esta envejezca con salud.

Ahora bien, ¿dónde y en cuánto se sitúa el próximo récord? Estos científicos no lo saben. Creen que alguien nacido entre 1930 y 1940 podría batirlo. Y saben que las mujeres de Japón, las más longevas del mundo, son grandes candidatas. Pero es imposible asegurarlo.

Por otro lado, según recuerdan en IFLScience, en 2021 se publicó un estudio que sí se aventuraba a dar una cifra. Basado solo en parámetros de salud, y dejando a un lado la estadística, sus autores concluían que, posiblemente, la vida útil del ser humano no pueda superar los 150 años. Es un aumento generoso, dando cuenta que el caso de Jeanne Calment es verdaderamente inusual. Aun así, existe otra corriente de científicos que va más allá y opina que, gracias a los avances de la ciencia y la tecnología, quizás, se pueda vivir eternamente. Es la hipótesis más utópica con los medios actuales.

Por eso, lo mejor será ir paso a paso. De momento, los autores de este estudio estadístico opinan que el límite se podría alcanzar en 2060. Puede que en los próximos años veamos nuevos récords y que el caso de Jeanne Calment parezca cada vez más convencional. Esa sería una maravillosa señal, pero debemos tener paciencia.

Fuente:hipertextual.com