Un nuevo estudio de la Universidad de Oxford concluye que las personas con sobrepeso en la infancia y adolescencia tienen mayor riesgo de infertilidad en la edad adulta.

En la actualidad, y aunque hasta cierto punto pasa desapercibido, la infertilidad es uno de los problemas que más pesan en el mundo desarrollado, tanto sobre la salud psicológica como sobre la vida económica y social de las personas en edad fértil.

Solo en Europa, la infertilidad afectó a 48 millones de parejas en 2010, y aunque los observadores suelen pasar por alto la infertilidad masculina, los investigadores postulan que es un factor que contribuye a la imposibilidad de tener hijos en aproximadamente la mitad de las ocasiones en que una pareja se enfrenta a esta situación.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, las razones que explican las causas de la infertilidad masculina siguen sin estar claras. Así, según informan los autores de un nuevo estudio que bajo el título Testicular volume in 268 children and adolescents followed-up for childhood obesity—a retrospective cross-sectional study se publica esta semana en la revista European Journal of Endocrinology, trabajos anteriores ya habían informado de la imposibilidad de realizar un diagnóstico fiable en un 70% de los 20.000 casos reportados a un centro de fertilidad alemán.

De hecho, un porcentaje significativo de hombres sin hijos no tienen explicación para su infertilidad. Entre algunos de los factores involucrados, la investigación apunta a una tendencia en la disminución de la concentración y el número total de espermatozoides durante los últimos cuarenta años. Sin embargo, paralelamente a esta disminución en la calidad del esperma, desde 2010 la prevalencia de la obesidad infantil ha aumentado en todo el mundo de 32 a 42 millones de personas. Los observadores estiman que alrededor del 60% de los niños de hoy serán obesos a la edad de 35 años; un factor que parece estar relacionado con la hipotrofia testicular masculina, la cual afecta en la actualidad a una cuarta parte de los hombres jóvenes entre 18 y 19 años, cuya fertilidad futura está, por lo tanto, en riesgo. ¿Pero cómo se relacionan la obesidad infantil y la fertilidad en la edad adulta?

Hasta hace muy poco la conexión entre la obesidad y los trastornos metabólicos relacionados en el crecimiento testicular en la infancia había pasado desapercibida. Es precisamente por ello que el equipo de la endocrinóloga Rossella Cannarella realizó un estudio transversal retrospectivo en niños y adolescentes de 2 a 18 años en el que relacionaron el índice de masa corporal con otros factores como el volumen testicular, la edad y la resistencia a la insulina en 268 niños y adolescentes.

Fue así que encontraron que los niños con peso normal tenían un volumen testicular 1,5 veces mayor en comparación con los que tenían sobrepeso u obesidad en la edad peripuberal. También que los niños y adolescentes del estudio con niveles normales de insulina tenían un volumen testicular de 1,5 a 2 veces mayor en comparación con aquellos con hiperinsulinemia, una afección a menudo asociada con la diabetes tipo 2 en la que los pacientes tienen niveles más altos de insulina en la sangre.

Así, aquellos pacientes con sobrepeso u obesidad, hiperinsulinemia o resistencia a la insulina mostraron menor volumen testicular que sus pares sanos. Dado que un volumen testicular más bajo predice una producción de esperma más pobre en la edad adulta, los investigadores creen que la pérdida de peso podría ayudar a los pacientes a evitar la infertilidad en el futuro.

“Aunque la prevalencia de la obesidad infantil está aumentando en todo el mundo, no se conoce bien el impacto de la obesidad y los trastornos metabólicos asociados en el crecimiento testicular”, declara Cannarella. “En este estudio, encontramos que tener sobrepeso u obesidad se asoció con un menor volumen testicular peripuberal».

«Además, se ha descubierto que las comorbilidades relacionadas con la obesidad, como la hiperinsulinemia y la resistencia a la insulina, influyen en el volumen testicular antes y después de la pubertad», continúa. «Por lo tanto, especulamos que un control más cuidadoso del peso corporal en la infancia podría representar una estrategia de prevención para mantener la función testicular más adelante en la vida”, concluye.

Fuente: nationalgeographic.com.es