En el día en el que cumple 65 años y aún con el buen sabor de boca de sus dos primeros grandes conciertos en Madrid, Andrea Bocelli reflexiona en una charla con EFE sobre sus 30 años de éxito («En realidad son más de 40 de carrera», precisa) a pesar de lo que de partida pudieran parecer grandes obstáculos.

«El único secreto ha sido que desde el principio he confiado en Dios, por eso nunca me ha preocupado demasiado, aunque de niño mi madre me decía: ‘Si no te empeñas, no esperes llegar a nada’. La voz es un don del cielo y lo que he hecho ha sido poner mi confianza en buenas manos», afirma este músico invidente, que triunfó incluso en un mercado tan complejo como el estadounidense cantando (a menudo) en italiano y en un registro operístico.

Bocelli (Lajatico, Italia, 1958) ha sido uno de esos raros casos de intérpretes que han conseguido nadar entre dos aguas: el mundo pop que le ha permitido cantar con artistas de la talla de Bono, Celine Dion o Ariana Grande, y el lírico, en el que se ha codeado con ilustres como Luciano Pavarotti («Un artista que siempre admiré y que después se convirtió en un amigo que me dio muchos consejos que con el tiempo me fueron muy útiles en mi profesión», presume).

«Hay cosas comunes, como la profesionalidad, la serenidad, el esfuerzo o la pasión, pero en realidad son dos mundos aparte, como si fueran dos lenguas diferentes que, si se quieren usar para comunicarte bien, se deben aprender perfectamente», opina quien saltó a la fama con un cuarto puesto en el Festival de Sanremo de 1995 con el tema «Con te partirò» y así se catapultó a la fama mundial.

Con 90 millones de discos vendidos en todo el mundo según cifras de su oficina, en los que se incluyen grabaciones de óperas como «Tosca» o «La Bohème» de Giacomo Puccini, considera necesarios sus álbumes más melódicos y cercanos al público, con temas de éxito pop como «Vivo per lei» («Vivo por ella» en su versión en castellano junto a Marta Sánchez).

«Siempre he pensado que si no se tiende una mano a todo el que no ha tenido la oportunidad de venir a un teatro de ópera y ser guiado por ese mundo, por el de la música clásica en general, difícilmente se va a ver ahí escuchando un aria», defiende este músico requerido incluso para cantar en eventos privados como sendas bodas de las célebres hermanas empresarias Kim y Kourtney Kardashian.

En ese sentido, sobre el posible efecto de atracción que esa mediática actuación haya podido tener, afirma que «lo importante no es quién se acerca a tu música ni por qué lo hace, sino que se acerque».

Sobre cuál de los dos mundos disfruta más cuando pisa un escenario, no oculta que la lírica es su gran pasión. «En general, al cantar siento la mayor satisfacción cuando me arriesgo y estiro mi instrumento vocal al máximo, cuando consigues hacerlo sin aparente fatiga gracias a toda la técnica adquirida en estos años», comenta este amante de la música de Giuseppe Verdi.

«La realidad ha superado todos mis sueños»

En la música desde los 18 años, cuando comenzó su carrera como intérprete de piano bar, le cuesta quedarse con un momento de estos «más de 40 años» de trayectoria. «De hecho, como dice el escritor Tiziano Terzani, yo digo que nunca he trabajado, porque siempre he hecho lo que me gusta. Esto es un privilegio y me siento extremadamente afortunado por ello», subraya.

«La realidad ha superado absolutamente todos mis sueños, así que no sabría decir tampoco alguno que me quede por cumplir más allá de seguir feliz e intentar dar lo mejor de mí para regalar emociones, porque la emoción es una riqueza y la vida se vuelve bella cuando es rica de emociones», comenta este místico que, en edad de jubilación, vive embarcado en una larga gira mundial.

En los próximos días viajará a Alemania, Austria, Suiza y, a partir de noviembre, a Estados Unidos. El próximo 1 de mayo de 2024, según acaba de anunciar, ofrecerá su primer concierto en Barcelona, tras su debut a su vez esta misma semana en Madrid con dos conciertos consecutivos con todo vendido.

Fuente: EFE