Ahora puedes disfrutar de una tertulia a través de la app Clubhouse. Solo se utiliza la voz para comunicarse, sin compartir mensajes escritos ni fotos ni videos ni emoticonos ni memes.
Es similar al de una llamada con varios interlocutores al mismo tiempo. “Un chat de audio directo”, resumen los promotores del invento, lanzado en EEUU hace ahora ocho meses. No hace falta cita previa para intervenir en los debates y conversaciones, en los que también abundan las celebridades como Elon Musk, creador de Tesla.
Clubhouse, es una plataforma de comunicación, un nuevo tipo de red social basada en la voz. “Cuando abres la aplicación puedes ver ‘salas’ llenas de gente hablando, todas abiertas para que puedas entrar o salir, explorando diversas conversaciones”. Más que una comunidad, es una “red de comunidades interconectadas y diversas”. Sólo se utiliza la voz y “en lugar de teclear algo y pulsar ‘enviar’ basta con charlar con los demás, como si fuera por teléfono. Los matices de la comunicación se logran con la entonación, la inflexión o la emoción en el momento de compartir las opiniones.
Allí puedes hablar de todo. “Lo ideal sería que la experiencia se pareciera más a una plaza del pueblo, donde personas de diferentes orígenes, religiones, afiliaciones políticas, orientaciones sexuales, géneros, etnias e ideas sobre el mundo se reúnen para compartir sus puntos de vista, ser escuchados y aprender. Algunas de estas comunidades se reúnen para debatir. Otras vienen a relajarse y bromear. Otras celebran fiestas de escucha y charlas junto al fuego”, explican los fundadores del nuevo fenómeno social. El objetivo fundacional consiste en ofrecer un producto social en el que cada usuario, en el momento de cerrar la aplicación al final de la sesión, “pueda sentirse mejor que cuando la abrió, ya sea porque ha profundizado en sus amistades, ha conocido a gente nueva o ha aprendido algo”, detalla el portal informativo El Economista.es.
Funciona tan sencillo como unirse a una conferencia grupal. Existen ‘followers’ (seguidores) y ‘following’ (a los que cada uno sigue). Nada nuevo bajo el sol. El número de cada uno de ellos aparece expuesto junto al perfil, junto con una breve presentación de cada miembro de la red. El interface se reduce a cuatro iconos: una lupa, para explorar contactos, gente o clubs de conversación, con sugerencias siempre a mano; Un sobre, con las invitaciones disponibles y un listado de tu agenda de contacto con la cifra de amigos que cada cual ya tiene dentro de Clubhouse; una campana, con la información de la actividad de los contactos a los que cada uno sigue, junto con invitaciones para unirse a conversaciones en curso. En esos casos, se puede elegir entre “me apunto” o “ahora no, gracias”. Por último, aparece el icono del perfil, como en otras redes sociales.
Esta novedosa aplicación pertenece a la factoría estadounidense Alpha Exploration, Made in California, fundada hace justo un año por Rohan Seth y Paul Davison, y dirigida por este último, un graduado de la universidad de Stanford que no tardará en aparecer en las listas de millonarios de Forbes. Entre los más de 180 inversores de todos los tamaños destaca el fondo de capital riesgo Andreessen Horowitz, vecino de Silicon Valley, y especializado en criptodivisas y negocios relacionados con la salud. El estreno de la app en los EEUU se produjo en marzo de 2020, poco antes de que gran parte del país se confinara en sus domicilios a raíz de la pandemia. En ese momento, solo eran dos empleados (los referidos fundadores), “con sus cuatro hijos pequeños saltando entre los teclados mientras diseñaban y programaban el producto”.
Esta aplicación es gratuita, la valoración actual de la empresa ronda los 1.000 millones de dólares. Ahora supera los 1,9 millones de descargas en la plataforma iOS (tantos como usuarios) y suma alrededor de 1.900 valoraciones al cierre de la primera edición de este análisis
Hasta los momentos es compatible con iOS. La aplicación solo está disponible para su descarga desde el AppStore de Apple, para su uso en iPhones o iPads. Se presume que muy pronto llegará a Android, aunque no hay fechas precisas.
Para acceder a esta plataforma es por invitación. El benefactor puede ser cualquiera que haya sido tocado por la viralidad de esta futura jaula de grillos. Cada uno de ellos dispone de dos invitaciones, por lo que conviene dar las gracias de forma efusiva al usuario que te introduzca. La forma de decir “viene conmigo” consiste en seleccionar de la agenda el número de teléfono y enviar el salvoconducto a través de un mensaje corto. Clubhouse no quiere oír hablar de exclusividad.
Puedes conseguir un amigo que ceda una de sus invitaciones queda al ingenio o poder de convocatoria de cada cual. No obstante, se puede averiguar qué personas conocidas ya están dentro y, por lo tanto, podrían abrirte la puerta. El mensaje de bienvenida de Clubhouse así lo apunta de forma escueta y en cuatro líneas en inglés, que traducidas al castellano viene a decir lo siguiente: “Hola, aún estamos abriendo, pero cualquier puede unirse con una invitación de un usuario existente. Regístrate para ver si tienes amigos en Clubhouse que puedan dejarte entrar ¡Estamos deseando que te unas!”
También hay lista de espera para los usuarios que carecen de medios para colarse en el club o no dispongan de un dispositivo iOS, la aplicación anima a pre-registrarse para recibir el código de acceso en cuanto sea posible. Los que se apunten en ese censo pueden reservar su nombre para que nadie se lo quite. Por lo tanto, los community managers de las empresas deberían apurarse para blindar el nombre de sus respectivas compañías y así evitar futuras molestias. ClubHouse considera importante “que las comunidades crezcan lentamente, en lugar de multiplicar por diez la base de usuarios de la noche a la mañana. Eso ayuda a asegurar que las cosas no se rompan y dimensionar el producto a medida que crece”.
Sabes que los datos fisgonea es lo primero que pide, es decir, son los datos de contacto (el ID del usuario, como nombre, apellido y apodo), así como el número de teléfono y el correo electrónico, desde cuya dirección se exige confirmar el alta. También se solicita el acceso a la agenda de contactos e identifica el tipo de dispositivo. Cada miembro de Clubhouse puede presentarse en pocas líneas así como vincularlo a Twitter o Instagram. El software ya se encarga de recopilar datos de uso del audio así como acaparar los datos de errores para sus tareas internas de diagnósticos.
Atención, esta aplicación no es apta para niños. Los responsables de la nueva criatura desaconsejan su uso para menores de 17 años, ya que puede incluir audios de contenido sexual, blasfemias, humor vulgar o referencias al consumo de alcohol, tabaco u otras sustancias, según advierte la tienda de aplicaciones de Apple.
Cada espacio de conversación puede acoger hasta a 5.000 usuarios en la misma llamada. Al no existir un moderador que silencie micrófonos, como varios decidan intervenir al mismo tiempo promete convertir la plataforma de comunicación en un gallinero. El menú de la aplicación muestra las habitaciones de chat disponibles, junto con el icono de los seguidores de cada cual. Originalmente, la idea consistía en hablar de cualquier cosa menos de tecnología. Los ‘off topics’ llevan la voz cantante, aunque existen apartados para conversar de arte, historia, deporte, cine, cómics, filosofía, geopolítica, negocios, ciudades, salud, estilo de vida, idiomas, asuntos de identidades, religiosos… y sí, también de tecnología. Otros cantan ópera, discuten sobre la NBA o hacen sesiones de meditación, de autoayuda o dan consejos sobre la covid.
Además existen administradores, moderadores o líderes de clubes con capacidad para activar herramientas de bloqueo, silenciamiento, notificación de posibles irregularidades y clausura de una sala durante la marcha de los debates. La plataforma condena enérgicamente y no consiente el discurso del odio, el racismo, la intolerancia religiosa, hasta el punto de expulsar a los usuarios que infligen los procedimientos de confianza y seguridad. (S. R.).
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