Un nuevo análisis del meteorito Murchison, que cayó en Australia en 1969, revela que contiene granos de polvo estelar de entre 4.500 y 7.000 millones de años
FUENTE: EL MUNDO
Decía Carl Sagan que somos polvo de estrella y no se equivocaba. La reflexión que el científico estadounidense hizo en los 80 se ha convertido en una cita icónica que además de poética, se basa en la ciencia, como no podía ser de otra manera viniendo de un gran divulgador.
Se cree que toda la materia que existe en nuestro planeta, incluyéndonos a nosotros y al oxígeno que respiramos, proviene de los restos de antiguas estrellas del Universo. Cuando agotan su combustible y mueren, todo ese polvo de estrella viaja por el cosmos, formando nuevas estrellas, planetas, lunas y meteoritos. Se piensa que la vida en la Tierra debió originarse a partir de todos los elementos químicos de esas antiguas estrellas, que fueron transformándose.
Los meteoritos que continuamente llegan a la Tierra conservan parte de ese material primigenio y, analizando una de estas rocas, los científicos se han encontrado con una gran sorpresa: el polvo de estrella más antiguo que se había encontrado hasta la fecha en la Tierra. La roca, que cayó en 1969 en la localidad astraliana de Murchison, contiene granos de polvo estelar que se formaron hace entre 4.500 y 7.000 millones de años, según asegura un estudio publicado este lunes en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Para Philipp Heck, conservador del Museo Field y profesor de la Universidad de Chicago, descubrir que el fragmento de este meteorito hallado hace medio siglo y que guardan en su colección contiene este tesoro astronómico ha sido muy emocionante: «Son los materiales sólidos más antiguos encontrados, y nos dan información sobre cómo se formaron las estrellas en nuestra galaxia», explica Heck, coautor del estudio.
MÁS ANTIGUOS QUE EL SOL
Estos granos de polvo cósmico son tan antiguos que se originaron antes de que naciera el Sol. Quedaron atrapados en los meteoritos, donde han permanecido inalterados durante miles de millones de años, como si fueran una cápsula del tiempo.
Los granos de polvo estelar anteriores al Sistema Solar -que se formó hace unos 4.600 millones de años- son muy raros, pues se estima que sólo el 5% de los meteoritos que llegan a la Tierra los contienen.
Hace 30 años, científicos de la Universidad de Chicago aislaron esos granos de polvo del fragmento que conservaban del meteorito Murchison, una condrita carbonácea en la que hallaron aminoácidos frecuentes como la glicina y el ácido glutámico, y otros más raros como la isovalina.
Para datar los granos, calculan la exposición que ha tenido la roca a los rayos cósmicos que, al interactuar con el material, forma nuevos elementos químicos. Cuanto más tiempo ha estado expuesto a los rayos cósmicos, más elementos se forman.
La mayoría de los granos de polvo estelar analizados tenía entre 4.600 y 4.900 millones de años pero también los había de 5.500 millones de años y de hasta 7.000 millones de años. «Nuestra hipótesis es que la mayor parte de esos granos se formaron en una fase de gran actividad de formación estelar, mayor de lo normal y anterior al Sistema Solar», apunta.
En la actualidad, hay un debate científico sobre si las estrellas se generan a un ritmo estable o si hay picos de formación estelar y otros periodos en los que nacen menos. Según destaca Heck, uno de los hallazgos principales de su estudio es precisamente que, «gracias a estos granos, tenemos una prueba directa de una etapa de formación estelar acelerada en nuestra galaxia hace 7.000 millones de años».