FUENTE: REUTERS

Potencias extranjeras en Berlín acordaron el domingo fortalecer el embargo de armas a Libia y reforzar un cese al fuego, pero la reunión fue opacada por bloqueos en campos petroleros y puertos por facciones leales al comandante Khalifa Haftar que amenazaron con reducir la producción de crudo a casi cero.

Haftar, cuyo autodenominado Ejército Nacional de Libia (LNA) está hostigando a la capital, Trípoli, con el respaldo de Egipto, Emiratos Árabes Unidos, mercenarios rusos y tropas africanas, asistió a la cumbre en Alemania a pesar de haber abandonado las conversaciones sobre un tregua la semana pasada.

Turquía desplegó tropas a Trípoli, así como combatientes apoyados por Turquía de Siria, para ayudar al gobierno internacionalmente reconocido del primer ministro Fayez al-Serraj a resistir la ofensiva de Haftar.

Libia no ha tenido una autoridad central estable desde que el dictador Muammar Gaddafi fue derrocado por rebeldes respaldados por la OTAN en 2011. Durante más de cinco años ha tenido dos gobiernos rivales en el este y el oeste, con grupos armados controlando las calles.

La canciller alemana, Angela Merkel, dijo a periodistas que la cumbre, a la que asistieron los principales patrocinadores de las facciones rivales de Libia, había acordado que una tregua en Trípoli durante la semana pasada debería convertirse en un cese al fuego permanente para que se dé un proceso político.

Un comité especial compuesto por cinco militares de cada lado supervisará la tregua, declaró Merkel. Las potencias extranjeras activas en Libia se habían comprometido a mantener un embargo de armas existente en la ONU y detener el envío de armas allí.

Sin embargo, Serraj y Haftar no se encontraron en Berlín, dijo Merkel, destacando el abismo entre los dos. «Sabemos que hoy no hemos resuelto todos los problemas de Libia, pero estábamos buscando un nuevo impulso», agregó la canciller.

Haftar, la figura más poderosa del este, ha ganado el respaldo de una serie de aliados extranjeros para un asalto para capturar Trípoli en el oeste, mientras que el apoyo turco al esfuerzo de Trípoli para repelerlo ha convertido el conflicto en una guerra de poder. Más de 150.000 personas han sido desplazadas en la lucha por la capital.

PRODUCCIÓN PETROLERA SE DESPLOMÓ «EN DÍAS»

Haftar se retiró de una cumbre turco-rusa hace una semana y escaló el conflicto el viernes cuando se cerraron los puertos petroleros del este. La Corporación Nacional de Petróleo de Libia (NOC) dijo que el cierre fue ordenado directamente por las fuerzas de Haftar.

El domingo, mientras los líderes internacionales se reunían en la capital alemana, NOC informó que los principales campos del suroeste El Sharara y El Feel estaban paralizando después de que las fuerzas leales a Haftar cerraron un oleoducto.

Las medidas reducirán la producción a 72.000 barriles por día desde 1,2 millones de bpd en unos pocos días a menos que se levanten los bloqueos, dijo un portavoz de la petrolera estatal NOC.

El canciller alemán, Heiko Maas, dijo que Serraj y Haftar habían acordado «en general» resolver el bloqueo, sin un plazo. «Dependerá de varias condiciones, tiene que ver con la forma en que se distribuyen los ingresos de las ventas de crudo, por qué organizaciones o instituciones se está haciendo esto», indicó.

El este bajo Haftar ha intentado exportar petróleo sin pasar por la petrolera estatal NOC para obtener una mayor participación en los ingresos petroleros.

Cualquier cierre duradero podría afectar duramente a Trípoli, ya que el gobierno depende de los ingresos del petróleo para financiar su presupuesto. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo que estaba muy preocupado por la paralización.

Un llamado a un alto el fuego de Rusia y Turquía ayudó a reducir los combates hace una semana, dijo el presidente ruso, Vladimir Putin, antes de una reunión con su homólogo turco, Tayyip Erdogan, al margen de la conferencia.

«No perdemos la esperanza de que el diálogo continuará y el conflicto se resolverá», dijo Putin.