Científicos han concluido que el cráter de Yarrabubba, en Australia, tiene 2.200 millones de años, 200 millones más que el siguiente
FUENTE: ABC
Hace más de 2.200 millones de años un objeto de tamaño desconocido impactó contra la Tierra en lo que hoy es el oeste de Australia, entre las ciudades de Sandstone y Meekatharra. Tras de sí dejó el cráter de Yarrabubba, de 30 a 70 kilómetros de diámetro, pero hasta nuestros días solo han llegado pruebas indirectas de su existencia, en la forma de cristales de cuarzo.
Este miércoles, un grupo de investigadores ha logrado establecer la antigüedad de dicho cráter, confirmando que es el más antiguo del planeta, con una edad de 2.229 millones de años (200 más que el siguiente, situado en Sudáfrica). Según han sugerido los autores del trabajo, esto sugiere que el impacto probablemente calentó el clima y ayudó a finalizar un periodo glacial en el que todo el planeta estaba cubierto de hielo. Sus conclusiones se han publicado en la revista « Nature Communications».
Cristales creados por el impacto
Las huellas de Yarrabubba casi se perdieron en el tiempo, después de eones de erosión y movimientos tectónicos; la superficie del planeta se transformó casi por completo en todo ese tiempo. Sin embargo, los autores se sumergieron en los minerales hallados en el lecho de Yarrabubba en busca de estructuras producidas por la « recristalizacióna de impacto». Cuando un choque es lo suficientemente potente, es capaz de alterar la estructura de cristales de zircón y monacita.
Los autores usaron una técnica conocida como SHRIMP (de «Sensitive High Resolution Ion Micro Probe» para escanear y buscar ciertos granos microscópicos en dichos cristales. Una vez encontrados, analizaron su contenido en uranio, torio y plomo. Dado que tanto el uranio como el torio decaen por radiactividad y se convierten en plomo, con el paso del tiempo y a una tasa conocida, pudieron establecer una antigüedad para los cristales y el cráter de Yarrabubba.
El fin de la «Tierra bola de hielo»
Esta fecha ha coincidido con una época en la que el planeta entero estaba helado y que se conoce como « Tierra bola de hielo». Por ello, han propuesto que el objeto que impactó en este cráter hizo colisión sobre una superficie helada, levantando billones de toneladas de hielo vaporizado a la atmósfera e inyectando en el clima considerables cantidades de este potente gas de efecto invernadero.
«Si el impacto hubiera ocurrido sobre una capa de hielo, habría liberado enormes cantidades de vapor de agua, que es un gas de efecto invernadero más eficiente que el dióxido de carbono», ha dicho para AFP Timmons Erickson, autor principal del estudio e investigador en el Centro Espacial Johnson, de la NASA. «Esto podría haber resultado en el calentamiento del planeta».
Los científicos diseñaron modelos para simular el impacto, ocurrido en un momento en que las cianobacterias llevaban unos cuantos cientos de millones de años produciendo el oxígeno de la atmósfera.
Sin embargo, otros investigadores han rechazado que haya suficientes pruebas como para poder asegurar que este impacto está relacionado con un cambio climático. «No tienen ninguna evidencia de que hubiera un glaciar en ese sitio, así que es un experimento mental, especulación», ha dicho para AFP Tim Barrows, investigador en la Universidad de Wollongong (Australia) no implicado en el estudio.
Al margen de esto, ambos científicos han subrayado la importancia de haber desarrollado una nueva técnica de datación para comprender la historia de impactos de asteroides y cometas en el planeta. «Este trabajo muestra que hay impactos preservados en piezas muy erosionadas del planeta», ha dicho Chris Kirkland, coautor del trabajo. Ahora es cuestión de buscarlos.