FUENTE: EURONEWS
Es un peligro para la salud y aterra al mundo de las finanzas. La propagación del COVID-19 ha tenido un efecto devastador en la economía mundial. El ‘coronavirus de Wuhan’ ha interrumpido el trabajo en numerosas cadenas de suministro. Pero lo peor está por venir.
Las empresas más vulnerables son las que dependen en gran medida o únicamente de las fábricas de China para las piezas y los materiales. Algunas han tenido que recuperar los modelos de producción que abandonaron hace apenas unos años.
«Ahora mismo producimos vidrio. He retomado la fabricación que se detuvo hace cuatro, cinco, e incluso diez años. Hemos empezado a producir vidrio de nuevo», afirma Gérard Lux, presidente de la empresa S.T.I.L.
La actividad de las plantas manufactureras chinas ha caído en el último mes y se espera que permanezca deprimida durante meses. Los analistas predicen que el pico de su efecto en las cadenas de suministro globales llegará a mediados de marzo y obligará a miles de empresas a reducir o cerrar temporalmente las plantas de ensamblaje y fabricación en Estados Unidos y Europa. Cuatro de los mayores fabricantes de automóviles del mundo se verán obligados a cerrar la producción europea.