FUENTE: AFP
Los presidentes de México y Estados Unidos confirmaron este viernes que alcanzaron un acuerdo para ayudar a reducir la producción petrolera del país latinoamericano y poder cumplir con el recorte de la oferta mundial decidido por los países productores para detener el desplome de los precios.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, informó que su homólogo estadounidense Donald Trump se comunicó con él el jueves. «Hablé con él y se llegó a un acuerdo de hacer una disminución de 100.000 barriles (diarios)», dijo el mandatario en su conferencia de prensa matutina.
Agregó que, para compensar, «Estados Unidos se compromete a reducir, adicionalmente a lo que iba a entregar, 250.000 (barriles diarios)».
Horas después, desde Washington, Trump ratificó el entendimiento y detalló que este implicaría cortar «algo de producción en Estados Unidos». «Nosotros compensaríamos la diferencia, nos reembolsarían en una fecha posterior», añadió.
La confirmación del acuerdo bilateral se produce luego de que los principales países productores de petróleo pactaran, sin México, reducir la producción mundial en 10 millones de barriles diarios en mayo y junio.
El grupo de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), al que no pertenecen Estados Unidos y otras naciones productoras, dijo que el acuerdo estaba condicionado al consentimiento de México.
«Colaboración histórica»
La ministra de Energía mexicana, Rocío Nahle, declaró, en tanto, que México y Estados Unidos mantienen una «colaboración histórica» al ser consultada sobre qué podría implicar el «reembolso» que Trump mencionó tras confirmar el convenio.
«Quiero pensar que el presidente Trump se refiere a eso (a esa colaboración). Ya tendremos un agradecimiento o veremos en qué situación el día de mañana México colabora con Estados Unidos (…) como ahora ellos están colaborando», dijo Nahle a la emisora Radio Fórmula.
La reunión de países petroleros buscaba atender el desplome de los precios internacionales del crudo, golpeados por una menor demanda debido al confinamiento de la mitad de la población mundial para limitar la pandemia de COVID-19, y la consecuente desaceleración del transporte y baja de la producción industrial.
México también se ha visto afectado por el derrumbe de precios. La cotización de la mezcla petrolera mexicana de exportación, que representa casi un quinto de los ingresos del Estado, se desplomó siguiendo a los referentes internacionales Brent y WTI hasta ubicarse alrededor de 10 dólares por barril a finales de marzo.
«Nos ha costado esfuerzo»
López Obrador dijo que en la reunión de países petroleros, que se extendió por varias horas el jueves, México explicó que le era muy difícil reducir 400.000 barriles diarios, como se le pedía, por sus esfuerzos para elevar la producción.
«Nos pedían una disminución como la de Arabia Saudita, como la de Rusia, del orden del 23% de la producción», dijo. «Nos sostuvimos hasta el final porque nos ha costado mucho esfuerzo aumentar la producción», agregó el mandatario.
Según López Obrador, México dejó caer la producción petrolera por 14 años, sobre todo tras la reforma energética del gobierno de su antecesor Enrique Peña Nieto, que abrió el sector a la inversión privada.
La producción petrolera mexicana se hundió de 3,4 millones de barriles diarios en 2004 a 1,7 millones en la actualidad.
El gobierno de López Obrador ha inyectado unos 10.000 millones de dólares a la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), a la que considera un baluarte de la soberanía nacional, para aliviar sus atribuladas finanzas y aumentar la producción.
Pese a ello, la petrolera está en la mira de las calificadoras crediticias. A inicios de marzo, Fitch recortó su nota al señalar los problemas que tendrá para sortear la crisis generada por el desplome de precios.
Aunque el gobierno mexicano no ha cancelado la participación de privados en la industria petrolera, su gobierno no ha dado nuevos contratos de exploración.