Se trató de la vacuna para el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), que es un tipo de coronavirus diferente a la COVID-19 y cuyo estudio se abandonó ante el control de la epidemia.
FUENTE: AS
Estados Unidos, junto a países de Europa y Asia, trabajó años atrás en el estudio y posterior desarrollo de una vacuna para el SARS, un tipo de coronavirus diferente a la Covid-19 y que pasó a humanos después de originarse en un animal.
El SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) fue consecuencia de la expansión de un virus que se desarrolló en la provincia china de Cantón en 2002, y que a la postre infectó a miles de personas y acabó con la vida de unas 800 personas.
Así lo corrobora la ‘BBC‘, que dice también que dicho estudio al final no terminó de concretarse debido a que se logró contener la expansión de la epidemia a pesar del reclamo general de muchos países del mundo para disponer de una vacuna contra ese tipo de coronavirus. El medio citado señala que ocurrió algo similar con otro tipo de coronavirus que terminó siendo letal diez años después, el MERS-Cov (Síndrome Respiratorio de Medio Oriente) que pasó a humanos después de tener su origen en camellos en 2012.
De nuevo, en 2012, se desestimó la posibilidad de que los científicos estudiasen la viabilidad de un vacuna como remedio de ese tipo de coronavirus. A pesar de ello, en 2016 un grupo de científicos de Houston (Texas) sí continuó con la investigación para la creación de una vacuna contra un tipo de coronavirus.
Falta de financiación y de interés para sacar adelante el proyecto
No conseguir financiación para sacar adelante el proyecto fue un motivo clave para que la vacuna no saliese adelante. Así lo hizo saber María Elena Bottazzi, codirectora del Centro para Desarrollo de Vacunas del Hospital Infantil de Texas, en declaraciones a ‘BBC Mundo’ dónde explicó que desde los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos faltó «interés».
Jason Schwartz, profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Yale, explicó en la revista ‘The Atlantic’ que de no haber abandonado las investigaciones del SARS ni del MERS-Cov habría argumentos mejores para actuar frente al coronavirus: «Si no hubiéramos abandonado el programa de investigación de vacunas de SARS, hubieramos tenido listo muchos más fundamentos para trabajar en este nuevo virus que está cercanamente relacionado».