La homeostasis del alma

FUENTE: SEMANA

Es la única seguridad en medio de la más dramática amenaza a la especie humana.

La homeostasis del alma. He creado este término, que se deriva del vocabulario médico. En la ciencia la homeostasis significa: «Estado de estabilidad». Es una propiedad de los organismos que consiste en su capacidad de mantener su condición interna estable, compensando los cambios de su entorno. Es una propiedad del organismo que consiste en su capacidad de mantener el equilibrio interior, mediante el intercambio regulado de materia y energía con el exterior.

Se trata de una forma de equilibrio o balance que se hace posible gracias a una red de sistemas que logran la regulación propia en los seres vivos. Un ejemplo de homeostasis es la autorregulación de la temperatura corporal.

Todo organismo busca el restablecimiento del equilibrio interno cada vez que éste es alterado. Estos desequilibrios internos, pueden darse tanto en el plano fisiológico como en el psicológico; otra de las propiedades de la homeostasis de los seres vivos es la eliminación de sustancias tóxicas, para así lograr la estabilidad y el equilibrio biológico.

La raza humana se encuentra ante una de las más violentas y devastadoras amenazas, estamos todos en medio de esta inimaginable crisis pandémica, batallando internamente en nuestro cuerpo y en nuestra alma; para lograr la estabilidad en cada una de nuestras dimensiones: la biológica, la psicológica y la espiritual.

Si bien estamos aterrorizados, angustiados, encerrados sintiéndonos como animales enjaulados, de esos que no saben si van de camino al matadero, impotentes, maniatados, paralizados de temor; en nuestro interior se está dando una gran batalla, una guerra entre dos poderosos oponentes: un diminuto microorganismo que solo se ve a través de un microscopio y la grandeza del espíritu humano.

Nuestra única salvación es elevar nuestra consciencia, para apaciguar nuestro espíritu y así comprender que “nuestra dimensión espiritual nunca enferma”. Nuestra alma nunca se apaga, ni deja de iluminar, ni siquiera cuando se nos desprenda la piel y partamos a la vida después de la muerte, nuestra luz interior nunca se apaga…

Entonces pensé: ahora solo vemos cuerpos que aparentemente están enfermos y limitados, no vemos sus almas, pero sentimos su cálida presencia y honramos cada una de esas vidas sufrientes.

Aún en medio de esta desolación universal, nuestro aliciente es tener la plena certeza de que nuestra vida tiene un propósito espiritual, la suya, la mía y la de cada ser humano, ese propósito espiritual es la tarea que estamos llamados a cumplir con el paso de nuestra vida por la existencia terrenal y corporal.

Es la respuesta que debemos darle a la vida con cada pregunta existencial que la vida nos hace a través de aquello que más pesa en nuestro interior; ¿qué va a hacer usted con esta situación que tanto le agobia y le aturde?

Esta situación como su vida misma, tiene un propósito espiritual, una tarea existencial, que debe realizar para aprender de ella y crecer espiritualmente.

Existir duele, desde que somos arrojados al mundo empezamos a sobrevivir con llanto y temor. ¿Cómo restaurarse? ¿Cómo nutrir su alma cuando sus reservas interiores se van agotando y se le van secando hasta las últimas células vitales y emocionales? ¿Dónde va a restaurarse, a recargarse, a salvarse, a esconderse? su alma clama un refugio…

El alma es la divinidad presente dentro de usted, es su centro sagrado, su más invaluable e imperecedera riqueza interior; entonces si es algo tan bello y tan preciado, ¿Por qué duele? ¿Por qué sangra? ¿Por qué sufre? ¿Por qué grita hasta asfixiarle?

Su alma ha trasegado por caminos inseguros, oscuros, peligrosos, solitarios y cuando sale de cada túnel hacia la luz, comprende que es el único camino hacia el alumbramiento de la verdadera sabiduría interior.

Atrévase a romper sus cadenas y a encontrarse con su verdadero ser, saliendo de su oscuridad y de la oscuridad que le rodea. Solo usted puede decidir de qué lado quiere vivir, si en la luz o en la oscuridad… Su alma es su «GPS sagrado» al que llamamos intuición, es nada menos que la voz de Dios en su interior.

Su intuición es el GPS de su espíritu, le señala la ruta que le conduce a la plenitud. Es la voz silenciosa del alma. Puede taparse sus oídos para intentar no escuchar los gritos de su alma, pero a medida que va andando por el sendero de su vida, su alma se golpea, llora y grita, cuando no vive acorde a sus valores espirituales; entonces llegará un día en el que caerá rostro en tierra, reventado por dentro en mil pedazos, este es el momento sagrado en el que transitará el camino espiritual desde su aniquilación hasta su esclarecimiento o iluminación.

Morir a su noción del “YO” es decir de su “EGO” y a sus apegos es decir al “MÍO”, es el primer peldaño que debe subir para empezar a caminar en la ruta del conocimiento propio, para así romper las cadenas invisibles de las cuales usted mismo se ha hecho preso y que hoy ahogan y amordazan su alma.

¡Este es el momento para pausar su vida! mírese en ella como si fuera un espectador de un largometraje en el cual usted es el protagonista, hágase esta pregunta existencial: ¿le gusta quien está siendo en esa película? ¿Le gusta quien ha venido siendo desde hace años?

Si la respuesta es NO, que quisiera modificar para que cuando se visualice a usted mismo en una película que contará el usted siendo un ser pleno y feliz, ¿le llenará de satisfacción y autorrealización?

Apártese entonces del mundo caótico en el cual batalla por sostenerse en equilibrio, descienda del refugio en el cual ha decidido esconderse, para proteger su alma, pues su iluminación será real cuando logre mantener su luz interior, aùn viviendo en el mundo de tinieblas que lo rodea.

Aprender a dominar los caballos desbocados de su mente, ahora durante el confinamiento obligatorio, aprender el arte espiritual del desapego, la renuncia del poder, la renuncia al engreimiento, reconocer las máscaras que cubren sus heridas activas, someter sus miedos, soltar todo tipo de resentimiento, limpiar y purificar su alma de toxinas emocionales, mantener la humildad espiritual aun en momentos de éxito, ver el fracaso como una escuela espiritual, dominar sus sentidos para vivir en modo reflexivo y salir de vivir de modo animal, encontrar la autonutrición emocional para no caer en la necesidad de aprobación de los demás, son las tareas espirituales que le invito a realizar para encontrar la felicidad y la plenitud de su alma. Esa es la respuesta que debemos darle a la pregunta que viene disfrazada de un diminuto monstruito con corona, el coronavirus.

Mi píldora para el alma de esta semana:
Cuando su estabilidad lucha para sostenerse en medio de un mundo inestable, debe comprender que su ancla interior es la única opción para mantener la calma.