«Montgomery nunca debió recibir la pena de muerte». Expresaron sus abogados argumentando una combinación de años de horribles humillaciones, abusos y problemas psicológicos, también afirman que para el momento del crimen Montgomery ya estaba en estado psicótico lo que la hacía estar fuera de la realidad.

Montgomery fue ejecutada por el asesinato de Bobbie Jo Stinnett, de 23 años, cuando esta estaba embarazada de ocho meses.

Hecho ocurrido en diciembre de 2004, para ese entonces Montgomery, de 36 años, la estranguló para después sacar al bebé de su útero y secuestrarlo. La madre murió desangrada. Sus abogados y activistas opositores a la pena de muerte argumentaron que la mujer era una enferma mental víctima de abuso, la cual merecía misericordia. Pero otros pensaron lo contrario.

En su defensa actuaron los Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 41 fiscales y a esto se le unieron voces de apoyo en el ámbito legal.

Muchos fueron los llamados al presidente Trump para que tuviera misericordia. Según Galup, el apoyo a la pena de muerte en Estados Unidos ha disminuido en un 55% en 50 años. Para los estadounidenses la pena de muerte sigue siendo el único castigo para los asesinos y en Skidmore se acentúa más.

«Bobbie merecería estar aquí hoy. La familia de Bobbie lo merece» dice Meagan Morrow, una compañera de secundaria de Stinnett». Y Lisa merece pagar.

Escribió el juez Hanlon que «el estado mental actual de la Sra. Montgomery está tan separado de la realidad que no puede comprender racionalmente el motivo del gobierno para ejecutarla».

Agregó que «La suspensión de la ejecución se concede para permitir que el tribunal lleve a cabo una audiencia para determinar la capacidad de la Sra. Montgomery de ser ejecutada».

Expresaron testigos que a Montgomery una mujer le quitó la mascarilla para preguntarle si tenía unas últimas palabras a la que le reclusa dijo «No», y no dijo nada más.

Lisa Montgomery, de 52 años, declarada muerta este miércoles a las 01:31(06:31 GTM), luego de recibir una inyección letal en una prisión de Terre Haute, Indiana, después de que la Corte Suprema de Estados Unidos levantara una suspensión de última hora dictada ese mismo día por el juez James Hanlon.

Redacción es de nuestro equipo de prensa: www.lanaciondigital.com / www.elnacionaldigital.com