El Papa Francisco en la Basílica de San Pedro, llevó a cabo la celebración de la Santa Misa, y dijo que el viaje de la cuaresma es un “éxodo de la esclavitud a la libertad” en Dios. Por lo tanto, “el miércoles de Cenizas señala el inicio del camino de nuestro reencuentro con Dios. Hoy bajamos la cabeza para recibir las cenizas. Cuando acabe la Cuaresma nos inclinaremos aún más para lavar los pies de los hermanos. La Cuaresma es un abajamiento humilde en nuestro interior y hacia los demás. Volvamos hoy al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo”.

Detalló el Papa que «en la vida tendremos siempre cosas que hacer y excusas para dar, pero, hermanos y hermanas, hoy es tiempo de regresar a Dios”.

“¿Cómo proceder en el camino hacia Dios?” preguntó el Santo Padre.

Es la parábola del hijo pródigo la que guía el inicio del camino a la casa del Padre en la homilía de Francisco, pues, mirando a este hijo, “comprendemos que también para nosotros es tiempo de volver al Padre”. Allí vemos que es “el perdón del Padre” el que “vuelve a ponernos en pie”. El primer paso de nuestro regreso es “el perdón de Dios, la confesión”, destacó Vatican News.

«Todos tenemos enfermedades espirituales, solos no podemos curarlas – recuerda el Papa; todos tenemos vicios arraigados, solos no podemos extirparlos; todos tenemos miedos que nos paralizan, solos no podemos vencerlos», indicó Francisco.

Es necesario “presentarle nuestras heridas y decirle: ‘Jesús, estoy aquí ante Ti, con mi pecado, con mis miserias. Tú eres el médico, Tú puedes liberarme. Sana mi corazón’”, concluyó. (S. R.).

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