John Elkann, presidente de Ferrari y del grupo Stellantis, dio un voto de confianza a Mattia Binotto y su grupo en 2019, cuando descubrieron sus irregularidades en el motor y la FIA les cortó el grifo en seco. Tras un 2020 `para olvidar (sextos en el Mundial) y un 2021 de transición (terceros) ha llegado la explosión de la mano del F1-75, el coche dominante en las tres primeras citas del año.

Pese a la travesía en el desierto, el bloque en la jefatura, y los departamentos chasis y motor, se mantuvieron casi intactos, con ciertos fichajes puntuales para el proyecto de este año, pero con la base de base italiana, algo de lo que están especialmente orgullosos en Maranello. No necesitaban darle otro giro británico al equipo y lo han demostrado.

«Dijimos hace dos años que teníamos que trabajar duro para volver a ser competitivos y el campeonato de 2022 ha tenido un comienzo realmente emocionante. Al igual que todos nuestros ‘tifosi’ de todo el mundo, estoy encantado de que estemos compitiendo al más alto nivel», ha declarado en ‘Reuters’ John Elkann, tras la reunión anual de accionistas de Ferrari.

Lo que pide el italo-estadounidense, de 46 años, hijo de Margherita Agnelli y nieto de Gianni Agnelli, es mantener la evolución a lo largo del año para seguir en la lucha por los mayores objetivos. «Sabemos que la temporada acaba de comenzar y que en la Fórmula 1 siempre estás marcado por una dura competencia. Debemos trabajar incansablemente como equipo para optimizar todos los aspectos de nuestro rendimiento. Éste es el espíritu y el enfoque que espero ver en Imola y a medida que avanza la temporada», dice sobre la llegada del Gran Circo la próxima semana al Circuito Enzo y Dino Ferrari, todo un templo de la marca del ‘cavallino.

Ojalá Carlos Sainz pueda volver a sumarse a la fiesta para conseguir su primera victoria del año y el segundo doblete rojo, tras el inicial del Gran Premio de Bahréin.

Fuente: marca.com