Este material es más resistente que el kevlar, material que sirve para crear los chalecos antibalas, y que el acero.
La tela de araña es el material más resistente que se encuentra en la naturaleza. Esta fibra cuenta con una resistencia cinco veces superior a la del acero y todavía mayor al material con el que se fabrican los escudos antibalas, el kevlar. Así lo ha atestiguado el investigador posdoctoral en el Centro de Biosostenibilidad de Novo Nordisk en Copenhague, Jesús Lavado García, en el programa de ‘La Tarde’ a través de un estudio que se está realizando en la Universidad de Barcelona.
Según el experto, la mayor diferencia tiene lugar en la secuencia de aminoácidos específicos que cuentan las proteínas de la tela de araña, la espidroína. «Es una secuencia muy característica que le otorga unas propiedades físico-químicas especiales», dijo el investigador. Esta secuencia la crea el animal gracias a las siete glándulas diferentes que cuenta el arácnido para crear un tipo de proteína distinta en cada una de ellas.
Así produce las fibras con las que ancla la tela a los árboles, que tienen una característica determinada, y las fibras con las que genera los arcos intermedios. «El conjunto de la tela de araña es una mezcla de muchas de fibras y cada una con una cualidad específica», dice Jesús Lavado García. A su vez, el investigador reconoció que la resistencia de este material tiene que tenerse en cuenta la escala a la que se produce, ya que no parece tan resistente si se hace fuerza con la mano.
El estudio que está realizándose en la Universidad de Barcelona, a través de la investigación de la composición proteica del material arácnido, es importante para poder crear formas sintéticas y no necesitar recurrir al animal. «De esta manera, se podría producir a gran escala y utilizarse para tejidos, chalecos antibalas, aplicaciones biomédicas o aditivos cosméticos», aseveró el experto. De hecho, el material sintético generado a semejanza de la tela de araña ya está comercializándose, por ejemplo, en Japón a través de un polar. A su vez se podría emplear la tela de araña artificial, al ser un material pegajoso, para cosméticos.
Posibles usos futuros
En relación al futuro, una de las posibles aplicaciones podría ser el sustituir un tendón roto o ligamentos. Pero para ello es preciso continuar con la investigación, para conocer profundamente la composición proteica de la tela de araña. De manera que, cuando se tenga materia prima generada de forma artificial, «se puede avanzar en la investigación de este tipo de aplicación».
Fuente: cope.es