La vacuna es la opción ideal para prevenir rebrotes en una pandemia, pero se trata de un proceso que puede tardar años o incluso décadas
FUENTE: ECONOMIA DIGITAL
Los científicos trabajan a toda velocidad alrededor del mundo para descubrir una vacuna contra el nuevo coronavirus, que ya ha infectado a más de 15 millones de personas y ha matado al menos a 620.000 en todo el planeta. Sin una cura o tratamiento conocido, muchos creen que la vacuna es la opción ideal para prevenir futuros brotes, pero se trata de un proceso que puede tardar años, a veces incluso décadas.
En la mayoría de países el desarrollo de vacunas se somete a un conjunto específico de pasos que incluye fases exploratorias, ensayos preclínicos, aplicación de nuevos medicamentos, cuatro fases de ensayos y una investigación exhaustiva por parte de las autoridades correspondientes. Aún así, todo este procedimiento no garantiza que el resultado final sea una vacuna totalmente efectiva.
«Nada me gustaría más que equivocarme, pero no veo opción de que la vacuna llegue a tiempo para ayudar con el brote actual», afirma Derek Lowe, autor del blog In The Pipeline a Business Insider. Lowe tiene más de 30 años de experiencia en la investigación de medicamentos. Debido a la gravedad de la pandemia, fabricantes y científicos se han esforzado por cambiar el método de financiación y acelerar el proceso para obtener resultados lo más rápido posible.
El doctor Anthony Fauci, experto en enfermedades infecciosas y homólogo de Fernando Simón en Estados Unidos como cara visible de la lucha médica contra la pandemia, ha testificado ante el Congreso de Estados Unidos que podríamos tener una vacuna a finales de este año o, en su defecto, estaría disponible en 2021. Sin embargo, es demasiado pronto para saberlo.
Si bien algunas compañías farmacéuticas han entrado en etapas de prueba y han arrojado resultados positivos, todavía no hay garantía. Para obtener una perspectiva sobre la complejidad del proceso, te contamos el tiempo que se tardó en descubrir vacunas para otras enfermedades infecciosas a lo largo de la historia.
Viruela
La erradicación de la viruela a través de una vacuna se considera uno de los mayores logros en la historia de la salud pública, pero tardó varios siglos en llegar. Se desconocen los orígenes de la viruela, aunque los científicos creen que se remonta al Imperio egipcio del siglo III a. C. Para el siglo XVIII, la colonización propagó la enfermedad en todo el mundo. Tenía una tasa de mortalidad de hasta el 30%.
En 1796, Edward Jenner creó la primera vacuna exitosa contra la viruela, en Reino Unido, pero no fue hasta la década de 1950 cuando los tratamientos con vacunas comenzaron a erradicar de manera efectiva la enfermedad en algunas partes del mundo. Más tarde, en 1967, un esfuerzo global que proporcionó un mayor nivel de producción de vacunas y un avance en la tecnología de agujas condujo a la desaparición de la enfermedad, concretamente en 1980.
Hasta la fecha, la viruela sigue siendo la única enfermedad que se ha eliminado por completo en todo el mundo a través de la vacunación.
Peste
La peste es una de las enfermedades más letales y antiguas del mundo, que culmina en casi 200 millones de muertes a lo largo de la historia humana. Hasta la fecha, no hay vacunas autorizadas disponibles. La peste es quizás más notoria por matar a millones de personas durante la Edad Media, pero la enfermedad aún está activa en varias zonas del planeta. En 2017, se produjo un brote de peste en Madagascar que atrajo gran atención mediática y pánico.
Sin embargo, dado que se trata de una enfermedad transmitida por bacterias, los antibióticos modernos pueden usarse como tratamiento. Aun así, los investigadores creen que el desarrollo de una vacuna es la opción más viable para prevenir la propagación de la enfermedad a largo plazo. Se han llevado a cabo muchos intentos fallidos de crear una vacuna contra la peste, incluido uno en Estados Unidos para inocular a los soldados durante la Guerra de Vietnam.
Pero en 2018, la OMS creó un Perfil de producto objetivo de vacuna contra la peste, que enumera 17 posibles candidatos para la aprobación de la vacuna, que se están sometiendo a ensayos clínicos y avanzan hacia la aprobación de la FDA.
Fiebre tifoidea
La fiebre tifoidea es una enfermedad mortal que se puede propagar ampliamente a través de los alimentos y el agua. Aunque es relativamente poco común en las áreas industrializadas, sigue siendo una amenaza significativa en los países en desarrollo en todo el sudeste asiático, África y América Latina. Hay dos vacunas disponibles comercialmente para prevenir la fiebre tifoidea.
Después de que se descubriera la bacteria responsable de la enfermedad en 1880, los científicos alemanes comenzaron a investigar en 1896. En 1909, el médico del ejército estadounidense Frederick F. Russell desarrolló la primera vacuna estadounidense contra la fiebre tifoidea. Durante los siguientes años, la vacuna se usaría con fines militares, pero en 1914, ya estaba disponible para civiles en el país.
Fiebre amarilla
En 1951, Max Theiler se convirtió en el primer y único científico en recibir un Premio Nobel por el desarrollo de una vacuna. Sus esfuerzos para controlar la fiebre amarilla han recibido muchos elogios por parte de la comunidad científica, y ayudó a corregir años de investigación errónea. La fiebre amarilla ha causado epidemias mortales a lo largo de la historia durante más de 500 años, y para finales del siglo XIX, se sabía que era una amenaza en todo el mundo.
No obstante, se tenían pocos conocimientos sobre la enfermedad en sí, y los procesos de vacunación se centraron por error en la transmisión bacteriana cuando en realidad la enfermedad la causa un virus. En 1918, los científicos que trabajaban para el Instituto Rockefeller desarrollaron lo que pensaron que era la primera vacuna exitosa contra la fiebre amarilla, pero en 1926 Theiler demostró lo contrario y la vacuna defectuosa dejó de producirse.
Más de una década después, en 1937, Theiler creó la primera vacuna segura y efectiva, que desde entonces se ha convertido en el estándar universal.
Gripe española
La gripe española tiene una larga y trágica historia de matar a millones de personas en todo el mundo. Durante la pandemia de 1918, no se conocían curas o vacunas para el virus. A partir de la década de 1930, se necesitaron muchos años de investigación para comprender las complejidades del influenzavirus A, y no fue sino hasta 1945 cuando se aprobó la primera vacuna para su uso en Estados Unidos.
No obstante, solo dos años después, en 1947, los investigadores concluyeron que los cambios estacionales en la composición del virus habían provocado que las vacunas existentes fueran ineficaces. Los científicos se dieron cuenta de que se dan 2 tipos principales de influenzavirus: A y B, junto con múltiples cepas nuevas del virus cada año. Debido a esto, tienen que modificar la vacuna cada año.
Hoy en día, las vacunas contra la gripe estacional están diseñadas por la OMS utilizando datos recopilados de los centros de vigilancia de este virus para desarrollar una nueva vacuna basada en las tres cepas que tienen más probabilidades de circular en la próxima temporada.
Polio
Si bien es probable que la poliomielitis haya afectado a la humanidad durante miles no fue hasta finales de 1800 cuando la enfermedad alcanzó proporciones epidémicas. A comienzos de siglo, arrasó en Estados Unidos, dejando a muchos pacientes infectados paralizados o discapacitados de por vida. La investigación de la poliomielitis fue gradual durante las primeras décadas del siglo XX.
En 1935, se intentó crear una vacuna, primero probándose en monos y luego en niños en California. Aunque los resultados fueron malos, dos décadas más de investigación allanaron el camino para el desarrollo de una vacuna efectiva por Jonas Salk en 1953 y Albert Sabin en 1956. Después de un ensayo con más de 1,6 millones de niños, la vacuna de Salk fue aprobada en Estados Unidos en 1955.
La investigación dio paso a una producción aún más efectiva y eficiente de vacunas en la década de 1980, y en 1994 se erradicó la poliomielitis en las Américas. En 1988, 350.000 personas padecían la enfermedad debilitante, la mayoría de los cuales eran niños. Para 2018, solo había 33 casos de polio en todo el mundo. El año pasado hubo un ligero aumento en el número de casos, con 544.
Una vez que tengamos ese número a 0, la polio se convertirá en la segunda enfermedad humana que hemos eliminado del planeta.
Ántrax
Se cree que el ántrax existe desde el 700 a. C., pero la primera referencia clínica de la enfermedad se registró en el siglo XVIII. A lo largo del XIX, una serie de estudios para determinar dónde se originó la enfermedad, cuánto tiempo podían sobrevivir las bacterias y cómo se transmitió a través de los animales allanó el camino para los primeros intentos de descubrir una vacuna en 1881.
En 1937, el científico Max Sterne creó una exitosa vacuna contra el ántrax para ser utilizada en ganado, una versión que todavía se usa hoy en día, para reducir la transmisión de animales a humanos. 13 años después, se creó la primera vacuna humana y se puso a disposición de las personas que trabajan en fábricas de procesamiento de animales en Estados Unidos.
En 1970 se desarrolló otra actualizada, que es en gran medida la que se utiliza de modo preventivo en la actualidad.
Sarampión, paperas y rubeola (MMR)
El sarampión, las paperas y la rubeola son infecciones virales que han causado brotes de enfermedades mortales y generalizadas. A lo largo de la década de 1960, se desarrollaron vacunas individuales para cada una de ellas, pero una década después, se combinaron en una sola. El sarampión fue el primero de los 3 en recibir su propia vacuna en 1963, seguido de las paperas en 1967 y la rubeola en 1969.
Dos años más tarde, en 1971, Maurice Hilleman del Instituto de Investigación Terapéutica Merck desarrolló una vacuna combinada que proporcionaría inmunidad a los 3 virus. A Hilleman se le atribuyó la creación de la primera vacuna contra el sarampión y las paperas, y comenzó a investigar formas de incorporar un sistema de inmunidad para cada virus.
Utilizando su investigación previa y una vacuna contra la rubeola desarrollada por Stanley Plotkin en 1969, creó la primera vacuna MMR exitosa en solo 2 años. Según el CDC, «una dosis de la vacuna MMR es un 93% efectiva contra el sarampión, 78% contra las paperas y 97% contra la rubeola y 2 dosis de la vacuna MMR son 97% efectivas contra el sarampión y 88% efectivas contra las paperas».
Varicela
La infección primaria por varicela, comúnmente conocida como varicela, se diagnosticó erróneamente como viruela hasta fines del siglo XIX. En la década de 1950, los científicos la distinguieron de la varicela del herpes zoster, y la investigación posterior condujo al desarrollo de la primera vacuna en Japón en la década de 1970.
Herpes zoster
El herpes zóster, proviene del mismo virus que causa la varicela. Las únicas dos formas en que se puede desarrollar el herpes zóster es después de una infección inicial de varicela o (poco frecuente) de la exposición a una vacuna contra la varicela.
La conexión entre el herpes zóster y la varicela se observó por primera vez en 1953 y, a lo largo de la década de 1960, los estudios posteriores indicaron que el herpes zóster era mucho más común en las poblaciones de mayor edad. En 2006 se empezó a comercializar la vacuna en Estados Unidos.
Hepatitis B
La Hepatitis B es un virus más reciente y fue descubierto por el Dr. Baruch Blumberg en 1965. Solo 4 años después, creó la primera vacuna utilizando una forma del virus tratada con calor. 12 años después, en 1981, la FDA aprobó la primera vacuna comercial contra la hepatitis B, que incluía muestras de sangre de donantes infectados.
Más adelante, en 1986, una nueva vacuna preparada sintéticamente que no usa productos sanguíneos reemplazó al modelo original. Dado que la hepatitis B puede causar cáncer de hígado, la vacuna también se consideró la primera vacuna contra el cáncer.
Virus del papiloma humano (VPH)
El virus del papiloma humano (VPH) es la enfermedad de transmisión sexual más común de Estados Unidos y los estudios muestran que más del 80% de las mujeres habrán contraído el virus en algún momento de sus vidas. Se cree que hay dos cepas del VPH que causan hasta el 70% del cáncer de cuello uterino, lo que puede provocar cientos de miles de muertes cada año.
El vínculo entre el VPH y el cáncer de cuello de útero se hizo por primera vez en 1981, e hicieron falta más de dos décadas de investigación antes de que una vacuna viable llegara al mercado. La primera se desarrolló en 2006, y la investigación posterior ha llevado al desarrollo de 2 vacunas más desde entonces.