Dr. Julio César Hernández Colmenares
La función de Gobierno se lleva a cabo regularmente en un ambiente de diferencias y contradicciones por distintas razones políticas, económicas y culturales entre otras. Enfrentar una realidad interna debe convertirse en opinión de Jorge Etkin en un esfuerzo coordinado. Los ciudadanos normalmente tienen expectativas y motivaciones distintas a los planes del Gobierno. Y es que dirigir y administrar el Estado no es tarea sencilla. Gobernar también implica asumir la responsabilidad de una Nación y responder por los resultados de la gestión en virtud de algunos principios que guían la actividad administrativa a saber: responsabilidad y rendición de cuentas entre otros, ambos de jerarquía constitucional. El GobiGOBIERNOerno es la instancia en la cual se debaten y establecen prioridades a corto, mediano y largo plazo, conjugando esas diferencias en un acuerdo de gestión durante un determinado período.
El Gobierno tiene que ver con la atención de las demandas sociales de los distintos entornos comunitarios, pero con una visión política amplia, entendida más bien, como la creación de ejecutorias de diversa índole que beneficien a la mayor cantidad de población posible, lo cual implica que deben ser eficaces; en el diseño de estas políticas debe privar la inclusión, la consulta y la justicia social, para alcanzar este último propósito, considerando el interés de los diversos actores de una Nación. La función de Gobierno tiene sus propias bases, se asienta sobre la legitimidad de la autoridad, credibilidad de los discursos y confianza en sus actuaciones. Además un Gobierno debe desarrollar relaciones y estrategias de poder que se basen en el consentimiento a sus medidas y acuerdos, más que en la dominación o la hegemonía, pues se debe preservar en la medida de lo posible la Sociedad Política.
También es claro y hasta comprensible que distintos órganos y entes de un Gobierno desarrollen sus actividades bajo premisas ideológicas lícitas, cuya concreción dependerá de la forma de Estado que se haya adoptado en el respectivo texto constitucional. Para ello se destaca como proveedores de los Gobiernos a los partidos políticos que hacen que los mismos, se conviertan en opinión de Miguel Sánchez Morón, en el centro de la vida política, pues según este autor de él parten las iniciativas más importantes en política interior y exterior, incluidas las iniciativas legislativas, que cuentan con mayores posibilidades de ser aprobadas, cuando se tiene respaldo parlamentario. Y es que un Gobierno es el órgano supremo de la Administración Pública.
Lo anterior significa también que en un Estado Democrático, como lo es el venezolano por ejemplo, la Administración Pública está subordinada al Gobierno y sujeta a su supervisión y control. Ello la obliga también, dada la forma de Estado imperante en el orden constitucional a guardar neutralidad, lo que se traduce en estar al servicio de los ciudadanos y no de parcialidad política alguna, lo mismo que obligar a sus miembros a no realizar contrataciones de ningún tipo con otros órganos del Poder Público por sí o por interpuesta persona, para de esta manera conservar su profesionalismo e impedir que en un Gobierno se puedan alterar los principios de honestidad y transparencia, también de índole constitucional.
Así mismo, en un Régimen Democrático todo Gobierno está en la obligación de respetar a la Administración Pública la cual debe conservar su cuerpo funcionarial, no obstante los cambios de Gobierno, habida cuenta que la formación de su elemento subjetivo que le sirve y sirve a los ciudadanos es un proceso largo y exigente desde el punto de vista formativo, financiero y de tiempo. También es esencial en garantía de la igualdad de trato a todos los ciudadanos y evitar de esta manera la nada agradable discriminación por razones sociales, religiosas o inclusive políticas, pues una Administración profesionalizada y respetada es plural también y por ende abierta a peticiones de distintas procedencias, lo cual podría garantizar un trato deferente a los ciudadanos.
Por último, un Gobierno debe construir a través de la Administración Pública unas sólidas bases de gobernabilidad entendida según el mismo Etkin como la capacidad para dar respuestas adecuadas se agrega a las demandas ambientales. La efectividad de esa respuesta dependerá en buena medida de los diseños institucionales que se puedan adoptar, pues unos pueden ser abiertos o cerrados, participativos o elitistas o favorecer a las mayorías o estar pensados para la minoría. En línea con esta idea Adam Przeworski apuntó que la estabilidad de un Gobierno tiene que ver con su capacidad para procesar conflictos y para asumir tales dificultades, que mejor que contar con una Administración Pública identificada con los ciudadanos, sus motivaciones y expectativas.