China se recupera del coronavirus también en los mercados: los inversores comienzan a mirar a oriente

El éxito del gigante asiático en la lucha contra el nuevo coronavirus podría proporcionar una valiosa lección para los inversores en otros países.

FUENTE: BUSINESS INSIDER

Los mercados parecen no ver la luz al final del túnel como consecuencia de la pandemia del coronavirus. ¿Todos? No, aún hay un halo de esperanza para los inversores si enfocan sus miradas hacia lo que está sucediendo en China. 

El gigante asiático no solo está recuperándose del varapalo de la COVID-19 en términos macroeconómicos, sino que muchas acciones cotizadas de la bolsa que son de alta calidad, las que se denominan Clase A, pueden mostrar el camino a seguir para los mercados desarrollados cuando todo esto pase. 

Según Christiaan Tuntono, economista senior de la región Asia Pacífico y Anthony Wong, CFA y gestor de fondos de Allianz GI, concretan que a medida que la pandemia del coronavirus se vuelve cada vez más grave en muchas partes del mundo. De este modo, aunque China se vio afectada por este brote hace solo unos meses, esperan que su economía “se recupere en la segunda mitad de este año”. 

Como resultado, si bien la mayoría de los inversores son comprensiblemente cautelosos acerca de asumir riesgos en medio de tanta incertidumbre, estos expertos creen que ahora “es un buen momento para observar más de cerca las acciones de Clase A de China”. Es decir, compañías chinas que cotizan en los mercados nacionales de Shanghai y Shenzhen, en las que pueden invertir operadores locales y extranjeros.

El recorrido de estas empresas puede servir de espejo para los inversores de todo el mundo. Las estrictas medidas de cuarentena a principios de año detuvieron temporalmente la actividad económica.

Por tanto, suponiendo que el país no se vea afectado por una segunda ola del virus, los expertos de Allianz GI consideran que la actividad económica interna “podría continuar fortaleciéndose en los próximos meses” reflejándose en las bolsas. 

De hecho, desde la superación del brote el Shanghai Composite ha rebotado más de un 3%, mientras que en el conjunto del año pierde en torno al 7%. Una minoración de los descensos provocados por los efectos de la epidemia.

Esto debería ayudar a las expectativas de crecimiento de los beneficios empresariales, según Tuntono y Wong, que bajaron a principios de este año. Desde entonces, la mayoría de las grandes empresas chinas y alrededor de dos tercios de sus pequeñas y medianas empresas han reanudado sus trabajos, tal y como publica el Ministerio de Industria y Tecnología del país. 

Cabe esperar que esto ayude a “aliviar el estrés en la cadena de suministro global y a los fabricantes chinos”, a pesar de que se espera que la fuerte contracción de la demanda en el extranjero “disminuya los pedidos de exportaciones chinas”.

El éxito de China en la ejecución de su plan de recuperación posterior al coronavirus es una de las principales razones por las que las acciones A de China han sido resistentes “en comparación con los activos de riesgo a nivel mundial”, comentan. 

Un ejemplo para el resto de mercados

Traders en Wall Street.

Reuters

Los inversores chinos podrían seguir comprando acciones nacionales. Por otro lado, las condiciones de liquidez en China siguen siendo favorables para las acciones, en contraste con el resto del mundo. 

Los principales participantes en los mercados de acciones Clase A de China son inversores privados en tierra. Sus opciones de inversión generalmente se limitan a títulos nacionales, el mercado de bonos locales, donde los rendimientos están cayendo, o el mercado inmobiliario, donde los precios ya son elevados (como también sucede en el resto del mundo). Hasta ahora, este escenario ha sido ganador, lo que ha ayudado a la rentabilidad de estas acciones.

Por consiguiente, el éxito del gigante asiático en la lucha contra el nuevo coronavirus podría proporcionar una valiosa lección para los inversores en otros países. China ha demostrado que el indicador más importante de la salud de un país, tanto físico como económico, es su capacidad para “contener y combatir el virus dentro de sus fronteras, en lugar de la cantidad de estímulos monetarios y/o fiscales que planea implementar”, analizan.

De ahí a que esperen que las empresas chinas centradas en la demanda doméstica sientan “menos impacto de una desaceleración global causada por la pandemia de coronavirus”. Es probable que su recuperación sea apoyada por compañías que se centren en la demanda interna y por proyectos de inversión en infraestructuras públicas.