El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, apuntó a un deterioro más profundo de su relación con China por el nuevo coronavirus, y dijo que en este momento no tiene interés en hablar con el líder Xi Jinping, e incluso sugirió que podría cortar los lazos con la segunda economía del mundo.
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En una entrevista con la cadena de televisión Fox Business Network, transmitida el jueves, Trump dijo que estaba muy decepcionado con el fracaso de China para contener la enfermedad y que la pandemia había ensombrecido el acuerdo comercial de enero con Pekín, que antes había proclamado como un gran logro.
“Nunca debieron dejar que esto sucediera. Firmé un gran acuerdo comercial, pero ahora no me parece lo mismo. La tinta apenas estaba seca y se desató la plaga. Y no siento lo mismo”.
El resentimiento de Trump se extendió a Xi, con quien el presidente de Estados Unidos ha dicho repetidamente que tiene una buena relación. “Ahora mismo no quiero hablar con él”, señaló el republicano en la entrevista grabada el miércoles.
A Trump se le preguntó sobre la sugerencia de un senador republicano de negar visas estadounidenses a los estudiantes chinos que postulen a campos relacionados con la seguridad nacional, como la computación cuántica y la inteligencia artificial.
“Hay muchas cosas que podríamos hacer. Podríamos hacer cosas. Podríamos cortar toda la relación”, respondió.
DECEPCIONADO CON CHINA
Trump y sus partidarios republicanos han acusado a Pekín de no haber alertado al mundo sobre la gravedad y el alcance del brote de coronavirus, que ha provocado una fuerte recesión mundial y ha amenazado sus posibilidades de reelección en noviembre.
El brote de coronavirus se originó en Wuhan, China, en diciembre y se estaba propagando en silencio mientras Washington y Pekín firmaban un acuerdo comercial de Fase 1 aclamado por el presidente republicano como un gran logro.
“Estoy muy decepcionado con China”, dijo Trump en una entrevista transmitida el jueves por la cadena Fox Business.
En virtud del acuerdo de Fase 1 firmado en enero, Pekín se comprometió a comprar bienes y servicios estadounidenses por un valor adicional de al menos 200.000 millones de dólares durante dos años, mientras que Washington acordó reducir por etapas los aranceles sobre los productos chinos.
Aunque las agencias de inteligencia de Estados Unidos han dicho que el virus no parece haber sido creado por humanos o modificado genéticamente, el secretario de Estado Mike Pompeo dijo a principios de mayo que hay “una cantidad significativa de pruebas” de que el virus provino de un laboratorio en Wuhan.