Un consorcio internacional, que incluye a investigadores de la UNAM, ensaya en la Plataforma Oceánica de Canarias (Plocan) una nueva tecnología capaz de desalar agua para abastecer a pequeñas comunidades o para generar hidrógeno con el mínimo gasto de energía; por ejemplo, utilizando el calor residual de una máquina industrial o del propio mar.

Denominado COOSW, el proyecto reúne diferentes innovaciones científicas y avances tecnológicos que permiten, en una planta del tamaño de un contenedor marítimo estándar y transportable, desalar agua de mar por destilación al vacío multietapa, lo que genera un agua muy pura que tiene importantes aplicaciones.

COOSW es un proyecto de cooperación entre México (UNAM), la República Dominicana (PUCMM), Alemania (FRAUNHOFER) y España (Universidad Autónoma de Barcelona, Plocán y Cimne), coordinado por el Centro Internacional de Métodos Numéricos en Ingeniería.

Según los responsables del proyecto, cuyo investigador principal es Pedro Arnau, del Centro Internacional de Métodos Numéricos en Ingeniería (Cimne, Universidad Politécnica de Cataluña, noreste de España), la tecnología que están ensayando en la isla española de Gran Canaria podría servir para llevar agua para consumo o para uso energético mediante la producción de hidrógeno a comunidades aisladas, barcos o plataformas en alta mar sin conexión eléctrica, complejos turísticos o campamentos de emergencia humanitaria, entre otros ejemplos.

Una de las principales características de este sistema de desalinización de agua de mar por destilación al vacío es la tecnología usada para optimizar el proceso, que requiere de una cantidad de energía muy pequeña (inferior a 1.7 kWh/m3) y que puede usar una fuente de calor residual industrial o renovable, como puede ser la geotermia, la energía de las olas, el calor de máquinas o el residual de sistemas de calefacción, que normalmente se dispersa en la atmósfera.

La primera planta piloto de ensayos está operativa en la Plocan y cabe en un contenedor marítimo estándar de 20 pies ( 2.5 metros de ancho por 6 de largo), lo que la convierte en una tecnología transportable que podrá ponerse a prueba sobre el terreno.

Además, el residuo sobrante de desalinizar esta agua podría tener diferentes usos, como ya se estudia por parte de los directores técnicos del proyecto COOSW, Naeria Navarro y Javier Soraluce, que adelantan una posible aplicación en países de Asia y en Chile, ya que se trata de sal baja en sodio con alto valor añadido.

La prueba que se está efectuando en la Plataforma Oceánica de Canarias se centra en la tecnología Cool Steam, que consiste en un sistema de desalinización por destilación al vacío multietapa, con una demanda de energía eléctrica muy optimizada y que permitirá consolidar la tecnología para plantas de mayor producción, ya que con unos diez metros cúbicos de agua de alta pureza se podría abastecer a una población de 2,500 personas.

El profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona Asier Ibeas explica que el proceso de desalinización habitual consiste en evaporar agua marina para separar la fase líquida en vapor de agua y el residuo sólido de sal, lo que requiere un aporte de energía que «gracias a esta tecnología es muy pequeño y con un proceso muy eficiente».

Ese aporte de energía tan bajo puede «provenir del calor residual, el calor de máquinas, por ejemplo, que normalmente está desaprovechado» y usarla así para «generar agua dulce» y tan pura que tiene las características necesarias para la producción de hidrógeno» y, sobre todo, aplicable «en lugares donde no era posible», ya sea para consumo o para la producción de hidrógeno.

El investigador principal del proyecto, Pedro Arnau, señala que esta tecnología ya ha obtenido patentes, concedidas y validadas en Europa, Estados Unidos e India, que son lugares que «necesitan de agua» y disponen de comunidades aisladas y estas fuentes de calor residuales para el sistema, que actualmente se desperdician.

El investigador destaca las «importantes utilidades» que tiene este sistema y que puede a su vez usar calor residual y «aprovecharlo en vez de verterlo y calentar el medio».

Esta innovación es clave en «el proceso actual de descarbonización, para evitar gases de efecto invernadero y por su posibilidad de aprovechamiento para producir hidrógeno».

«La idea del proyecto ha sido aprovechar esas posibilidades del entorno para producir esa agua que es tan necesaria», resalta.

En nombre de la Agencia Estatal de Investigación, Joaquín Serrano celebra «la puesta en común de infraestructuras y conocimiento para la comunidad científica, de Europa y América Latina» a la que Plocán «abrió sus puertas».

Este proyecto «ha sido un éxito de aplicación y un hito de estrategia», ha puesto en valor, algo que ha destacado también en rueda de prensa la gestora de proyectos de la Unidad de Innovacio´n de Plocán, Silvia Hildebrandt.

Fuente: pulsoslp.com.mx