FUENTE: EFE
Las economías de la región Asia-Pacífico experimentarán en 2020 un crecimiento cero, el peor dato registrado desde la década de 1960, debido a la pandemia de la COVID-19, aunque remontarán el año que viene, indicó este jueves el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El director del Departamento de Asia-Pacifico del FMI, Chang Yong Rhee, afirmó en un artículo en la web de la institución que el crecimiento será menor que durante la crisis financiera asiática de 1998 (4,7 %) y la crisis global de 2008 (1,3 %).
«Dicho esto, Asia todavía parece que va a salir mejor parada que otras regiones en términos de actividad (económica)», aseveró Rhee, quien precisó que el pronóstico es que la economía mundial decrezca este año un 3 %, el peor dato desde la Gran Depresión de 1929.
«Se prevé que socios comerciales clave de Asia se contraigan de forma aguda», indicó el director regional al referirse al decrecimiento del 5,9 % del PIB esperado para este año en Estados Unidos y la caída del 7,1 % en la Unión Europea.
Respecto a China, Rhees aseveró que su economía se ralentizará desde el 6,1 % en 2019 al 1,2 % en 2020, lo que contrasta con el crecimiento del 9,4 % en 2009, tras la crisis financiera global, gracias a un estímulo que representó el 8 % de su PIB.
«No podemos esperar esa magnitud de estímulo esta vez y China no ayudará al crecimiento de Asia como lo hizo en 2009», concluyó el economista surcoreano del FMI.
Nueva Zelanda (-7,2 %), Australia (-6,7 %) y Tailandia (-6,7) son los países que más han rebajado sus previsiones de crecimiento, con una pérdida media de unos 9 puntos porcentuales, mientras que los países insulares del Pacífico son los más vulnerables por su limitada capacidad sanitaria y financiera.
Rhees opinó que el pronóstico para el año 2021 s de «crecimiento robusto» en Asia Pacífico, aunque también es incierto, ya que depende de la propagación del nuevo coronavirus y de la efectividad de las medidas que están tomando los gbiernos.
En el plano económico, aconsejó ayudas directas, «no solo a través de instituciones financieras», al sector sanitario y para proteger a las personas, los trabajos y las empresas, principalmente las de tamaño pequeño y medio.
También sugirió que se relajen las regulaciones macroeconómicas para ayudar a los sectores afectados por la pandemia y que los bancos e instituciones financieras tomen iniciativas para aumentar la liquidez en el mercado, como bajar los tipos de interés y comprar bonos del Gobierno.